-Me encanta tu pijama.- comentó mi ex-suegra.
Vale, ya estaban volviendo los recuerdos a mi cabeza.
-Gracias.- sonreí.- ¿Voy poniendo esos platos en la mesa?- señalé un par de platos con la comida ya lista que había en la encimera.
-Si no te importa, gracias.
-No es nada.- cogí los platos y los puse en la mesa del salón. No sabía el orden en el que se sentaban en la mesa así que los puse aleatoriamente, total, los platos eran todos iguales.
-Sienta te donde quieras, yo aviso a los chicos.
-Vale.- respondí.
Ahora que me fijaba era que la mesa era de ocho. Lo que quiere decir que tres asientos enfrente de otros tres asientos, y en cada extremo uno.
En el extremo derecho estaba el padre de Danisú. En el asiento perfecto para ver la televisión. Me fijé y estaba viendo las noticias.
Me senté en la esquina. En el asiento que estaba a la derecha de la esquina desocupada.
Él me miró con el entrecejo fruncido.
-No te margines chiquilla. Sienta te más al centro. Que no comemos.- rió.
-Pensé que sus hijos se sentarían más hacia usted.
-Eso no importa, tú como en tu casa, donde tu quieras.- sonrió.
-Vale.- me moví un asiento más a la derecha. Ahora estaba en medio.
-¡Patatas fritas con huevos! ¡Te adoro mamá!- una voz me sobresaltó. La silla a mi izquierda resonó dos o tres veces. Alguien se había sentado en ella.
Miré hacia esa dirección encontrándome con la única sonrisa que me derretía en todo el mundo entero.
-Me gusta tu pijama.- dijo de broma.
-Me lo regaló mi padre. El pobre lo único que me regala son cosas vuestras.
-Tú padre sabe lo que es la calidad.- dijo Daniel a mi derecha.
¿Enserio? ¿De verdad tenía que estar yo en medio de los dos?
Después de cenar nos quedamos todos, menos Jesús que se fue a dormir, en el salón viendo una película.
Realmente me aburría, y me sentía un poco incómoda.
Así que mi modo de escape fue decir que iba al baño. Pero en vez de eso fui a mi habitación.
Salí al balcón y me senté en el suelo apoyada en la pared. Por suerte mi balcón y el de los gemelos daban para el jardín trasero de la casa. Y se veía de fondo el campo.
Me dio por mirar a mi izquierda y me sorprendió lo que vi.
-¿Tú no habías ido a dormir?
-Si. Pero no podía.- me contestó.
-¿Por?
-No lo se. Supongo que demasiados pensamientos.
-Ah...
-¿Y tú?
-Y yo... ¿Qué?- pregunté.
-¿Qué por qué has venido aquí?
-Me aburría allí.- de la nada me entraron ganas de bostezar.- Bueno, creo que me voy a dormir.- dije mientras me levantaba. Me giré para darle las buenas noches pero ya no estaba.- Am, vale.- susurré para mi.
Me quedé en la puerta del balcón a punto de volver a entrar en el cuarto. No entré porque realmente estaba todo oscuro. Solo entraba un poco de luz de la luna.
Dejé mi miedo a la oscuridad durante unos segundos y fui hacia la cama.
La destape con la intención de dormirme ya pero sentí como alguien me miraba.
Me giré lentamente para ver si era cierto.
Pegué un grito que creo que ni yo sabía que era capaz de gritar así.
Inconscientemente, mi cuerpo me dijo que avanzara hacia atrás, y eso hice. Golpeándome en la cabeza contra el cabecero de la cama.
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Guajaja soy malvada y os dejo con la intriga :P
Esto se va poniendo interesante chicaaas :3
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No hay nadie como tú ~ Gemeliers y tú. Segunda temporada.
FanfictionOcho meses sin hablar con él. El chico del que me enamoré a pesar de la distancia. El cual tenía a casi todas en el bote, normal, es Jesús Oviedo. Él es, simplemente, perfecto. También, ocho asquerosos meses aguantando a mi padre hablar de los gemel...