Lunes. Hermoso y asqueroso lunes. Gracias por volver.
Me preparé para el instituto, asqueroso al igual que el día en el que estábamos.
Desayuné y puse rumbo al instituto.
Al llegar lo primero que hice fue sentarme en mi lugar de la clase y sacar los apuntes de latín. Ya que teníamos el examen a primera hora.
Extraño en mi, ya que siempre al llegar al instituto, salía a la puerta de clase a la espera del chico que me tenía así de loca. Pero hoy tenía examen, así que.
Saqué mi libreta de latín y me puse a repasar. Estaba tan concentrada en la libreta que no me di cuenta de que alguien se había sentado a mi izquierda.
-Que raro que llegues tan temprano Inma, normalmente llegas un poco después de que suene la sirena.- dije sin más pero sin quitar la vista de los apuntes.
-Que yo sepa no mis padres no me pusieron el nombre de Inmaculada, sería un tanto extraño llamar a un chico así, ¿no crees?- dijo la voz que tantas veces había oído hablar, pero no especialmente dirigida a mi. Levanté la cabeza de la libreta y lo miré. Sentado al lado mía, pero las mesas estaban separadas.
No sabría como explicar el momento. Me quedé embobada mirando sus ojos marrones avellana, aún así, podía ver como se le formaba una sonrisa de reojo. Y pensar, que en ese momento me miraba directamente a los ojos sonriéndome... Yo lo miraba como si saliera del Olimpo. Tampoco es que fuera muy alto, ni esbelto, ni rubio de ojos azules. Simplemente era como era. Para mi era como si hubiera salido del Olimpo, pero a su manera.
Y el seguramente me miraba como una chica más. Pero, lo que no entendía es lo que hacía aquí, al lado mía.
-Hola.- intenté decir lo más alto que pude.
-Me llamo Manuel.- me sonrió a la vez que me tendía la mano. La miré pensando en si estrechársela o no. Decidí que no.
Él al ver que no la aceptaba la apartó.
-¿Qué haces aquí? Eres de ciencias.
-Bueno, la maestra aparte de dar latín da física y falté a un examen, y tengo que hacerlo aquí.
-Ah, vale.- puse la vista de nuevo en la libreta pero volvió a hablar haciendo que lo volviera a mirar.
-Espera un momento, tu eres la ex de uno de los gemeliers, ¿no?- lo miré perpleja.
-Si, ¿y?
-Nada, solo me acabo de acordar ahora.- se excusó.- ¿Cómo es que te dejó ir el chaval ese?- me sonrojé a la vez que me encogí de hombros.
Gracias a dios vi como entró la maestra de Latín por la puerta. Ni siquiera había escuchado la sirena.
-¿Preparados para el examen?- preguntó alegre.
-¡No!- todos gritaron a la vez menos unos cuantos, incluida yo.
-Claro que si, yey.- hizo un gesto raro con el brazo.
Empezó a pasar lista, llegando a mi me miró.
-Presente.- dije en voz alta.
Se quedó mirando hacia mi dirección un tanto extrañada.
-Señor Pérez, ¿qué hace usted aquí? Si se puede saber.- dijo la maestra.
Todo el mundo puso la vista en nosotros.
Ahora que me fijaba, Inma estaba enfrente mía mirándome con una sonrisa bastante satisfecha.
-Solo venía a desearle suerte a mi amiga ____, profesora.- me miró sonriendo. Espera, ¿cómo sabe mi nombre?- Suerte.- susurró.
-Esta bien, pues ya puede irse.- dicho esto la maestra, M, vamos a llamarlo "M", se levantó de donde estaba y empezó a andar hacia la puerta. Pero antes de salir me miró y me guiñó un ojo.
Todos empezaron a silbar y a hacer tonterías.
-____, si piensa traerse a todas las clases su novio, me temo que tendrá que decirle que se cambié a letras.
-No es mi novio profesora.- exclamé en mi defensa un poco sonrojada.
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No hay nadie como tú ~ Gemeliers y tú. Segunda temporada.
FanfictionOcho meses sin hablar con él. El chico del que me enamoré a pesar de la distancia. El cual tenía a casi todas en el bote, normal, es Jesús Oviedo. Él es, simplemente, perfecto. También, ocho asquerosos meses aguantando a mi padre hablar de los gemel...