Fingir que aquí todo está bien, es un castigo.
...
Aquellas tierras eran mejor conocidas como región del Sol naciente.
El alba pintaba el paisaje de un hermoso anaranjado, la esperanza de un nuevo día. Como una bella pintura inmortal. Algo de calor no le vendría mal a este crudo invierno.No es fácil conciliar el sueño durante un episodio de ansiedad. ¿Para qué dormir si no vas a descansar?
Sesshomaru estaba ya bien vestido desde el primer rayo de sol. Bien peinado, bien perfumado. Viéndose obligado a cortar sus uñas al raz de sus dedos.
Quizás podría llamarse instinto, quizás, solo era un obsesivo calculador, de todos modos, sabía que él estaba cada vez más cerca.El sol, el astro contrario a la luna. El que da la vida. El incondicional. Cálido.
Hasta el hierro, al calor, es blando.
Una gran bestia se hacía ver allá en la a
lejanía, en el horizonte. Un gran perro monstruo. Acercándose a un paso increíblemente veloz a juzgar de tan pesado ser. Cada vez más cerca. Haciendo temblar la tierra a cada pesado paso. Haciendo retumbar todo el bosque del Oeste.Se podían escuchar a los soldados anunciar su llegada, posicionarse para recibir al gran señor Inu No Taisho de regreso.
Eso no fue suficiente para hacer flaquear, ni siquiera un poco, el estoico rostro del joven demonio. Mientras esperaba arrodillado, tan elegante como él solo.
Sin preocuparse por su pequeña bestia, la cual no dudaba en que, a pesar de todo el alboroto a su alrededor, no se despertaría. O por lo menos no tendría las fuerzas para levantarse a recibir a su propio padre. El que se pavonea de ser un chico fuerte cuando una pequeña limpieza lo dejó derrotado en su cama.
Pequeño tonto que tiene tanto que aprender.
Inuyasha estornudó estando dormido en su habitación.
Volviendo a concentrarse en lo que estaba por venir, Sesshomaru respiró profundamente una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces. Había sobrevido hasta el momento, ya a estas alturas era bastante complicado sorprenderse por algo más.
O por lo menos, se sentía mejor preparado para soportarlo.
Soportar.
Debajo de sus mangas no pudo evitar apretar sus puños, reprimirse, aunque sea un momento.
Él ya viene, ya viene.
No necesita alzar la cabeza para saber que ya fue visto. Puede sentir su mirada clavada en él como un águila apuntando a su próxima presa. Necesita exhalar, necesita dejar ir su aliento.
Había llegado tan lejos, como para arruinarlo estúpidamente ahora.
Una ligera brisa movió sus cabellos, el ruido seco de algo cayendo en la nieve.
Algo pesado, como también el ruido metálico obligó a Sesshomaru abrir los ojos.Inu No Taisho.
El cruel Lord del Oeste.
Tan imponente, digno de tal sobrenombre. Tan grande, tan majestuoso. Para bien o para mal, digno de la admiración de cualquiera.
El brillo en sus ojos era el reflejo casi natural, difícilmente fingido. En cambio, Inu No Taisho estaba boquiabierto ante la divina imagen de Sesshomaru frente a él.
El contacto visual directo, los mismos ojos mirándose como si hubieran sido hechizados. Atraídos unos con otros. Dejando al gran señor con la mente en blanco como todo a su alrededor.
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• El Cruel Príncipe Del Oeste •
Fanfic》Cuando todo esté mal, puede ponerse peor.《 ___________________________________ ▪︎ Donde Sesshomaru es el centro de atención. El tema de conversación. Un mágico hechizo sobre él. Una enfermiza obsesión. Y como lo usará en contra de sus victimarios...