15-Dakota

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No me puedo quedar mucho más tiempo en el hospital, ya estoy bien, ese mal nacido no ha podido conmigo, sé que en parte es gracias a Briana, si ella no me hubiera llevado al hospital y el médico no me hubiera puesto sangre, no hubiese pasado de anoche, hasta ahora no me había percatado, en mi propia piel, del daño que hacía la plata; todos los humanos creen que eso solo es para los hombres lobo ya que lo han visto en las películas pero nada más lejos de la realidad, los vampiros somos vulnerables a ella; yo he visto con mis propios ojos como alguno de los nuestros moría por culpa de la plata en cuestión de minutos, no entiendo como pude durar tanto, creo que soy más fuerte de lo que parezco.

Decido escribir una carta para dejarla en el hospital y que no crean que me han secuestrado o algo por el estilo, la dejo encima de la cama y me voy, en ese momento se me pasa algo por la mente, Alison, ¿dónde está?, ¿por qué no ha dado señales?, decido ir a averiguar sobre ella, conozco a alguien que me puede ayudar en mi búsqueda.

Toco la puerta pero nadie responde, estoy en la ciudad vecina, en la casa de una buena amiga mía; decido entrar, la casa está completamente vacía, no hay rastro de ella por ningún lado pero algo me dice que volverá así que decido esperarla. Después de unas tres horas, oigo a alguien que entra en la casa, espero sentado en la sala a que entre, escucho sus pasos acercarse a la estancia donde me encuentro.

-Dakota por fin llegas- digo justo cuando enciende la luz y notó como se sobresalta.

-Joder Ángel, me has asustado.

-No era mi intención- digo intentando ocultar una sonrisa.

-¿Qué quieres?, no me has avisado que venías.

-Necesito que me ayudes a encontrar a alguien.

-Un vampiro ¿verdad?

-Sí.

-Te aprovechas de que soy buena contigo, ¿quién es?

-Alison.

-¿Y ahora que quiere?

-A mí- digo bastante serio, no me gusta hablar de ella y menos tener que buscarla.

-De acuerdo, ¿la has vuelto a ver?

-Sí, vino a mí casa.

-Y porque no te vas.

-Necesito proteger a alguien, ella se ha dado cuenta que ya no la quiero y que, bueno, me he buscado a otra.

-Y esa "otra" sabe lo que eres.

-No, por eso la quiero proteger y te necesito a ti para que encuentres a Alison y así poder matarla.

-Entendido, la buscaré, y puedo preguntar cómo se llama la "otra".

-Briana.

Sé que puedo confiar en Dakota, la conozco desde hace 6 años, es la única humana que después de saber que soy se ha quedado conmigo y no le ha importado, por lo tanto no me he preocupado en tener que matarla. Dakota tiene unos 24 años, mide uno setenta, es morena, tiene los ojos de color gris y está estudiando para ser policía de investigación, por eso sé que me puede ayudar, ella sabrá donde buscar y a quién preguntar; claramente, los vampiros más antiguos, que son los que mandan sobre todos los demás, no saben de mi relación con ella, si no fuera así la mandarían a matar o me obligarían a convertirla y por ningún motivo puedo dejar que eso pase, aunque sepa que una de las reglas más antiguas de los vampiros es: ningún mortal sabrá de nuestra existencia, de ser así, el vampiro que le confeso ser uno de nosotros tendrá que matarlo o convertirlo en vampiro sin importar que relación tenga con dicho mortal.

Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora