Ángel.

29-En busca de Briana.

Tengo que encontrar a Alison, ahora esta en juego la vida de Briana y no me perdonaría si a ella le pasa algo. Cada vez la odio más, solo quedaré en paz cuando acabe con ella.

-Quiero ir contigo- dice Charlotte que aún sigue en la puerta.

-No puedes.

-¿Por qué?- dice elevando la voz.

-Porque te pueden matar- digo en el mismo tono.

-Pero es mi prima- dice mientras agacha la cabeza.

-Mirame- digo mientras le levanto la cara por la barbilla- te prometo que te la traeré, aunque me cueste la vida.

Charlotte se echa a llorar y me abraza, yo la abrazo con una mano y con la otra le acaricio el pelo.

-Juramelo- dice entre sollozos.

-Te lo juro- digo en un susurro.

Una vez Charlotte se va, entro de nuevo a la casa y me dirijo al salón, donde todos están esperándome, me fijo en que Susan y Steffan ya han llegado.

-¿Qué quería?- pregunta Zac que se encuentra parado al lado de la ventana.

-Ya sé lo que tiene Alison- digo sin hacer caso a la pregunta de Zac.

-¿El qué?- pregunta curiosa Mel.

-A Briana.

Todos se quedan callados y se los agradezco no quiero hablar, lo único que me interesa es encontrarla.
En ese momento me fijo mejor, todos están vestidos iguales, llevan unos monos ajustados de color negro.

-Cuando os habéis cambiado- digo intentando no reírme.

-Somos un equipo, así que tenemos que tener un uniforme- dice Susan emocionada.

-Pero yo no tengo.

-Tranquilo, aquí lo tienes- dice Dann mientras se acerca a mi con el traje en las manos.

-De quién fue la idea- le pregunto en bajito.

-De Susan- dice mientras se encoge de hombros.

Cojo el traje y me dirijo a mi habitación; una vez llego lo pongo sobre la cama mientras me desvisto y me lo pongo, me miro en el espejo para observarlo mejor. Es un mono ajustado negro y gris, tiene varios bolsillos a los lados y una especie de cinturón, me sienta bien, marca mis cualidades y eso me gusta. Decido ponerme unas botas de cuero en vez de las vans, quedan mejor con el traje. Una vez termino vuelvo a bajar.

-Me alegra que esa talla te quede- dice Susan.

-Bueno, sí.

-¿Preparados?- dice Dann frotándose las manos.

-SÍ- dicen todos al unisono.

Salimos de la casa y caminamos hacia el garaje. Dann es un perfecto rastreador y ayer siguió al chucho hasta un pueblo en las montañas, donde se oculto detrás del olor de otros de los suyos, si vamos a ir a una aldea donde solo hay hombres-lobo.

Nos montamos en los coches, yo voy en mi mustang con Mel y Zac, Dann va en su Ferrari con Susan y Steffan.

Dann va primero, el nos guiara hasta el pueblo-lobo, que era como le había puesto Mel. El viaje se hace eterno, pero ya estamos cerca, es inconfundible el olor.

-Por fin llegamos- dice Mel cuando aparco.

-Actuen con normalidad- digo mientras nos bajamos.

Estamos parados en frente de nuestros coches, esperando para adentrarnos dentro del pueblo, pero nuestro plan de pasar desapercibidos no funciona, de un momento a otro empiezan a salir hombres y mujeres de sus casas, nos observan detenidamente, saben lo que somos.

-Buenas tardes- dice Dann caminando hacia el frente.

-¿Quienes soy?- dice uno de los hombres, el cual debe ser el líder.

-No buscamos problemas, estamos buscando a alguien.

-Aquí no hay nadie cómo ustedes.

-Lo sabemos, no estamos buscando a un vampiro- digo yo caminando hasta ponerme a la altura de Dann.

-Entonces a quién- dice otro de los hombres.

-A uno de ustedes- dice Mel poniéndose al lado mio.

-Es un chico con el pelo castaño, alto, con un tatuaje en el brazo con forma de lobo- dice Dann describiendo al chico que entró en su casa.

-¿Qué queréis con mi hermano?- dice un adolescente saliendo de su casa.

Por su olor se nota que no se ha convertido, todavía es humano pero le queda poco para ser uno mas de la manada.

-Cody vuelve a casa- dice una mujer dirijiendose al chico.

-NO, yo se a lo que vienen.

-¿Y nos vas a ayudar?- dice Zac.

-Claro que lo haré.

No se si será una trampa, pero es lo mejor que tenemos hasta ahora. Pronto mi venganza se cumplirá.