22-Empieza el entrenamiento.

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Me despierto y empiezo a salir del agujero, una vez arriba espero a que Melannie salga. Minutos después empieza a escarbar para salir, hasta que lo consigue.

-Has tardado mucho, me has hecho esperar.

-QUE ME HAS HECHO.

-Te he hecho más fuerte, más ágil, más inteligente que un mortal.

-A qué te refieres.

-Bueno comúnmente lo llaman vampiro.

Después de oír esas palabras se hecha sobre mí pero la esquivo fácilmente y la cojo por el cuello.

-Tendrás que empezar a controlarte- digo con una sonrisa- nunca podrás conmigo soy más fuerte que tú.

-Te mataré- dice mientras intenta zafarse me mi agarre.

-Venga por favor, ni tú te lo crees. Bueno te he traído algo de comer, para que digas que soy malo contigo.

La suelto y voy a buscar a un vagabundo que tengo amarrado dentro de una caja; lo traigo a rastras y se lo pongo delante.

-Adelante come.

-No pretenderás que...

-Venga lo estás deseando.

En ese momento se abalanza hacia el vagabundo y le clava los colmillos, empieza a drenarle la sangre hasta que el cuerpo queda sin vida.

-Muy bien- digo mientras doy pequeñas y pausadas palmadas- ahora entiérralo.

-¿Por qué no puedo hacer lo contrario a lo que me pides?- dice mientras empieza a enterrar el cadáver.

-Es el vínculo de sangre y hasta que yo no te libere tendrás que cumplir mis órdenes.

-No me parece justo.

-Yo no he dicho que lo sea, ahora vamos te tengo que enseñar un par de cosas.

Empiezo a caminar y poco a poco voy acelerando el paso, hasta llegar a mi límite; me paro en seco al llegar a la entrada de la ciudad.

-Tienes que empezar a ser más rápida- digo cuando Melannie llega a mi lado varios segundos después.

-Acabo de empezar, tienes que dejarme tiempo.

-Pero eso es lo que no tenemos.

-¿Por qué?

-Te lo explicaré después, primero tenemos que ir a mi casa.

Una vez llegamos, le enseño toda la casa desde la parte que se ve, hasta el sótano donde mi cárcel personal para los días de sol; una vez termino de enseñarle la casa, volvemos al salón.

-De acuerdo, desde ahora si alguien te pregunta eres mi prima y has venido desde Alemania, nadie puede saber lo que eres en realidad.

-Vale.

-Unas cosas básicas de los vampiros: no puedes salir al sol, si lo haces te saldrán llagas y morirás como si te hubieses quemado en un incendio, para entrar en una casa el dueño te tiene que invitar primero...

-Pero aquí entre sin necesidad de invitación- me interrumpe Melannie.

-Eso es porque está casa no es de ningún mortal, cuando mates intenta no dejar rastro de ello, no queremos que los mortales metan las narices donde no les llaman y por último no le digas a ningún mortal de tu existencia, si no tendrás que matarlo o te obligarán a hacerlo.

-De acuerdo.

-Así me gusta, que lo vayas entendiendo.

En ese momento alguien toca a la puerta, me dirijo a abrirla pero no me esperaba a quien había tocado.

-Briana...-digo en un susurro.

Ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora