A LA PAR | OCCHIAMIN

Llueve en mi corazón

*narrador omnisciente*

Flor está acostumbrada a la inestabilidad. Cree que es parte del juego, y que es el precio que le toca pagar a los sensibles en el mundo. Ella sabe que está loca, lo dice entre risas, es motivo de gracia, pero a veces desea en lo más profundo de su corazón, un momento de calma, una vida tranquila, donde ni su corazón ni su cerebro la traicionen.

Ya van varias veces que no accede a los planes de su grupo de amigos, últimamente por cosas de la vida ha decidido jugarse por la soledad de su departamento y la profundidad de su cama para no relacionarse mucho con el mundo exterior. Ni aún hoy, día de su cumpleaños, elige salir.

Al otro día, decidida a cancelar absolutamente todo plan, se prepara para ir a comer un asado a la casa de unos amigos. Nico, le ofrece buscarla por su departamento para ir juntos al almuerzo. Ella accede y lo espera en la puerta del edificio.

Una lluvia torrencial atacaba Buenos Aires, y se sumaban a las lágrimas de ella, que en el momento que se sube al auto de Nicolás, amenazan con salir.

Nico: - Qué carita que tenes! que pasó?

Con unas simples palabras, Flor comenzó a llorar desconsoladamente mientras emprendían camino.

Flor: - A veces mis emociones son más fuertes que yo, y hoy es uno de esos días. No quiero hacer ninguna fiesta de nada, me la voy a pasar borracha llorando con todos ahí mirándome - dice secándose las lágrimas con el puño de su buzo.

Nico se ríe un poco, acostumbrado a los cambios de temperamento de su amiga y compañera de trabajo. Extiende su brazo y le acaricia la espalda mientras la mira con cariño.

Nico: - Sabés que no tenes que hacer nada que no quieras, verdad? No festejas nada y listo

Ella lo mira y asiente, dejando un poco de llorar, para luego reírse de que su amigo se puso los pantalones chupines que a ella le parecen de "básico"

Nico: - mira como se te pasa y ya volves a ser vos eh, jajaja

En el auto, él pone Las Pastillas del Abuelo. Pero ella para llorar necesita algo más, y pone a Fabiana Cantilo.

Amanece en la ruta, no me importa dónde estoy
Me he dormido viajando y he soñado tan intenso
Y en ese sueño yo me veía en ese auto, pero no
No era el mismo porque estaba todo roto en su interior

Flor tararea y se apoya contra el borde de la ventana, todavía le caen algunas lágrimas, mientras mira la lluvia golpear los paraguas de quienes cruzan la calle.
Nico la mira de reojo, mientras maneja.

A medida que aceleramos mis recuerdos se estremecen
Y en un soplo veo proyectado como un film toda mi vida
Ya no se si el cielo esta arriba, abajo o dentro de mi
Y aunque el paisaje sea tan extraño creo haber estado aqui.

Flor: - gracias por escucharme nikitich, soy re intensa, perdón.
Nico: - no pasa nada, no seas tonta.

A medida que iban llegando a la quinta para comer el asado, el sol comienza a salir, y sus rayos empiezan a golpear los ojos del conductor. Nico saca sus lentes de sol nuevos del costado de la puerta, y se los pone mientras maneja. Le quedan muy bien. Flor no puede evitar mirarlo. Ella sabe que es su jefe y jamás se animaría a decirle que le gusta, aunque ella ya lo supo siempre. Hoy quizás, por un segundo y mirándolo sin que él se de cuenta, le corresponda en sentimientos.