Llegaron al hotel alrededor de las 23hs, y en el ascensor, ella lo miraba mientras él se acomodaba el pelo frente al espejo. Se mordía un poco el labio y se sonrojaba, encontrandose a sí misma con una mirada de tonta que no podía creer.
Cuando él la agarraba mirándolo, volvía a vivir la misma adrenalina que sintieron en la playa, solo que cada minuto que pasaba se iban soltando más.
Los besos iban transmutando la energía entre los dos, del ascensor al pasillo, del pasillo a la habitación, al encuentro. Todo estaba permitido.
En la euforia de sentir algo que explotó y que no podían reprimir más, la ternura del amor y la atracción de los cuerpos se unieron, uniéndose ellos, que en el afán de poder encontrar hasta lo que estaba más escondido en el otro, se entregaron al momento.
Buscaron la intimidad de sus ojos cómplices, las caricias llenas de cuidado, y la mística que sólo se logra con alguien ideal. Por instantes no lo terminaban de asimilar, ni él, ni ella.
La pasión inundaba el ambiente y los acompañó por toda la noche, dándoles el lugar más especial del mundo para amarse por primera vez.
Parecía que se habían extrañado toda la vida, y que, en realidad, eran sus almas, quienes estaban reencontrándose.
Luego de un rato, ella se levantó tal y como estaba a abrir el ventanal gigante que daba a la jungla de luces y palmeras que abundaban en la ciudad. La luz de la luna era lo único que llegaba a iluminar su cuerpo corriendo las cortinas, de espaldas a él, que desde la cama la miraba con los ojos iluminados por la emoción.
Volvió a acostarse a su lado, y en un simple movimiento de su compañero, quedó envuelta en su abrazo como una cucharita, con ambas miradas posadas en el cielo que se dejaba ver por la ventana.
Flor: - quiero creer que no planeaste esto
Él, se separó del abrazo para correr su cara y hacerla que lo mire. Su expresión la hizo reír de los nervios, por que nunca lo había visto tan comprometido con una situación.
Nico: - vos me estás jodiendo, no sé si notás que impones mucho respeto, o por lo menos a mí
Flor: - me tenías miedo? *riéndose*Nico no supo contestar en los nervios que terminaban siendo una afirmación, pero queriendo mantenerse firme en su postura asintió con la cabeza y largo una risa leve, y ella terminó de comprender que nada había sido planeado, que él estaba igual de muerto de miedo que ella, y que ambos estaban igual de sorprendidos por el desenlace de su casi día entero en Miami.
Ella se durmió primero, sus brazos envueltos con los de él, usándolo de almohada. Él, completamente entregado a la situación, no podía dejar de mirarla ni un solo segundo. Su compañera de tantos años, que siempre había considerado platónica para compartir un amor, estaba ahora dormida a su lado, dejándolo que la cuide como el había hecho siempre, desde la distancia que marca a los amigos, a los compañeros de trabajo, a los colegas, pero hoy quizás, eran algo más. Escuchaba su respiración relajada mientras dormía, y con unos dedos tocaba su pelo castaño.
Antes de dormirse, le regaló un beso sentido en el hombro. Era el tipo más feliz del mundo sin que nadie más lo supiera. No quería compartir eso con nadie más.
...
En la mañana, Nico se despertó solo en esa cama inmensa que compartieron toda la noche. Desde el baño se escuchaba el secador de pelo funcionando y una voz que él conocía, cantando canciones de Shakira a los gritos. Se levantó y sin hacer mucho ruido se acercó a la puerta. Del otro lado estaba sucediendo el concierto del año y él no quería perdérselo, por lo que tocó sutilmente, a lo que ella respondió abriendo la puerta bruscamente y cantando con el secador en la mano.
Nico se reía y no paraba de festejarle el show que la chica que le gustaba estaba haciendo, con él como único espectador.
Se cambiaron, y bajaron a buscar el Camaro descapotable que Nico había alquilado.
Flor: - estamos muy caras Occhiato, nos queda pintado
Mientras iban saliendo del complejo del hotel, admiraban su alrededor sin perderse un solo detalle. Ya en la carretera, el sonido del motor acelerando y las canciones de la playlist de Flor se mezclaban, mientras ella miraba al conductor del viaje, serio, concentrado en la ruta, con sus manos en el volante y el ceño un poco fruncido. Se detenía a observar cada detalle como si fuese la última vez que lo haría.
Nico: - que lindo te queda el viento en la cara eh
Flor se sonrojó, y apoyó su mano sobre la de él, que estaba en la palanca de cambio. En dos segundos, su compañero agarró su mano y la puso debajo de la de él, dirigiéndola para pasar de cuarta a quinta. Acelerando el motor y sintiendo la adrenalina del momento, ella buscó con un beso en el cuello desconcertar al chófer, que con una leve sonrisa le agradeció el regalo.
Llegaron a desayunar a un lugar tranquilo, bastante sencillo. No faltaron las quejas de los precios por parte de ninguno de los dos, y también juzgaron el hecho de que no existieran medialunas de grasa como las de Argentina. Uno de los dos terminó comiendo un poco de lo del otro, y finalmente terminaron compartiendo todo entre sí, pese que hubieran quejas de alguna parte.
El día estaba nublado y con un frío extraño, por lo que descartaron ir a la playa y pasaron el rato yendo de compras a todos los centros comerciales de la ciudad. Por momentos no sabían si agarrarse de la mano era mucha información para sus cerebros, pero durante el mayor tiempo uno de los dos resolvía esa duda buscando el agarre del otro como si se fuesen a perder en la multitud de gente.
Más de una vez se quedaban inmóviles mirándose, con la expresión de no comprender que sucedía con ellos, qué había cambiado, o por qué todo era extrañamente tan cómodo, como si el destino hubiese sido diseñado a medida y detalle para encontrarse con dos versiones de ellos, que a miles de kilómetros eran más libres que en casa. Coincidían en que algo había cambiado.
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A LA PAR | OCCHIAMIN
FanfictionFlor Jazmin Peña - Nico Occhiato (NDN LUZU) Dedicado a los protagonistas, con mucho amor ❤️. Ella se cansa de correr. Él se anima a tambalear. Juntos deciden jugar, quizás en broma, quizás en serio.