Cuerpo sutil

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Quedaban pocos días para el fin de ciclo del 2023, y hoy era el último programa del año.

...



Cuando llegaron, y luego de estar unos minutos con sus manos en el pecho de él, intentando hacerlo que respire de manera más calmada, le prometió que iba a ayudarlo.



- A ver, acostate


Él, que a veces era un poco tosco y brusco con sus movimientos, siguió sus instrucciones como un aprendiz, y se estiró en la cama. Ella tomó sus brazos y los puso a sus costados, y estiró un poco su ropa. Él tenía reflejos que ocasionaban movimientos involuntarios, como si fuesen escalofríos. Le preguntó cómo tres veces si tenía que hacer algo más, como repetir un mantra o algo así, y ella le dijo que mientras estuviese callado mejor.



- Vas a tener que seguir mis instrucciones mientras te hablo, pero no hace falta que me contestes amor.

Nico asintió con la cabeza.




Ese día, luego de terminar con algunas cosas, y volver en el auto juntos al departamento de él, ella lo notó alterado, como si hubiese tenido un pico de nervios. Uno cree que cuando se terminan los ciclos se festeja y se relaja todo, pero para él, todo lo que quizás había aguantado durante sus horas de trabajo explotó en su cuerpo, pidiéndole por favor descansar. Ella lo notó, mientras lo miraba manejando, y buscó con su mano tocar su nuca. No comprendía lo que eran las crisis de ansiedad, no lo entendía, y tampoco comprendía si podía tomar algo o encontrar un antídoto que le solucionará rápido ese problema, para seguir.

A veces solo hace falta frenar.



- Vamos a inhalar y exhalar profundo, tres veces. Seguime


Ella había bajado su voz, y el ritmo tan marcado y firme de sus palabras, comenzó a perderse, buscando el matiz perfecto para ayudarlo a entrar en el trance.



El seguía teniendo algunos espasmos involuntarios, se movían un poco sus pies, o su nariz de repente se arrugaba un poco. Cuando eso sucedía, ella pasaba la punta de su dedo índice por ahí, buscando liberar esa tensión.



- Ahora, vas a encontrar en la dirección de tus ojos, una luz blanca, que puede ser una bola, o puede ser una nebulosa. Sentí como te da calor


Él, empezó a sentir como si el sol mismo hubiese pedido permiso para entrar en la habitación, y estuviese dándole un rayo de luz solo para él, que entraba en las partículas de su piel como si le perteneciera, como si fuesen de su propiedad. Su respiración había cambiado, y cada vez estaba más sereno. Aun así, tenía adentro de ese cuerpo una versión sin forma de él, que estaba adentrándose en un gran viaje por sus órganos, su psiquis, su sangre y todo lo que no podía verse por fuera. Meditar es precisamente emprender una caminata por dentro de nuestro organismo.



Veía la nebulosa blanca de la que hablaba Flor, sí, y de repente tenía mucha paz.


Ella pasó alrededor de 10 minutos sin hablar, contemplando el momento, mirándolo, y viendo también su silueta, lo que estaba detrás de su cuerpo, estirado en el colchón. Una sonrisa le regaló sin que él pudiera verla, mientras lo encontraba tan vulnerable y dispuesto a seguir sus consejos. Sabía que estaba dándole un gran regalo en ese preciso instante, y se comprometió consigo misma a ser cuidadosa y dulce con el momento.




- Ahora, vas a sentir como esa nebulosa entra de a poco en tu cuerpo, y va a pasear por él, desde la punta de tus pies, hasta tu cabeza





Los cosquilleos en su cuerpo no tardaron en aparecer, y empezó a sentir como si un manto invisible estuviese rodeándolo. Sentía como si alguien lo estuviese arropando pero sin tocarlo, y también los pelos de su cuerpo se habían extrañado por tanta armonía. Estaba sintiendo un deleite profundo, que no era a lo que uno acostumbra a llamar éxtasis, sino que es algo más allá.





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