A LA PAR | OCCHIAMIN

Reencuentro

Luego de una tarde entera rodeada de personas que corrían a su alrededor vistiéndola, maquillando y peinandola, Flor salió de esa producción totalmente agotada. Estaba muy linda con todo lo que le habían hecho, pero estaba realmente cansada. Necesitaba una buena ducha y dormir un poco, y esa fue su fantasía en el trayecto del lugar hasta su departamento.

Quería verlo esa noche. Y sabía que él también.

Se metió en su bañera y hundió todo su cuerpo, buscando el punto máximo de relajación posible. Se había prendido unas velas aromáticas que le regalaron unas oyentes, y aprovechó el momento para meditar en el agua. A veces, cuando meditaba, se encontraba con grandes luces blancas a su alrededor, y otras veces veía quizás una sola bola de luz que la iluminaba, dándole calor. Ella no sabía bien qué era o qué significaba, pero lo disfrutaba por la paz y armonía que le traía. Desde que había descubierto la compañía de esos conceptos, recurría mucho a meditar, sobretodo en días así, que quedaba muy cansada.

Salió del agua en un trance de calma totalmente indescriptible, y con todas las cortinas cerradas y su casa oliendo muy bien, se acostó a dormir, por lo menos una o dos horas. Se despertó a las 9 de la noche, y como si hubiese pedido una señal, el mensaje de Nico llegó.

Nico: - querés venir a dormir a casa? te puedo buscar en 20' - enviado

Flor: - sí, me cambio y estoy - enviado

En esos veinte minutos ella se preparó mientras escuchaba música, y pensaba en él.

Nico le tocó bocina, y ella, contenta, bajó de su departamento para ir a su encuentro.

Flor: - hola, mi amor

Sus labios se encontraron justo cuando ella terminó de pronunciar esas palabras, y él quedó enloquecido con lo que había escuchado. La intensidad del beso escaló cuando la emoción por ser su amor terminó de alcanzarlo. Se separó riéndose y le preguntó.

Nico: - ¿mi amor?

Ella se sonrojó, y lo miró sin entender

Flor: - si te parece mucho no lo digo más, no te asustes

Él volvió a besarla, buscando transmitirle que estaba feliz con lo que le había dicho, y ella se rió en ese beso, que subía y bajaba en intensidad. Sus cuerpos hablaban, y sus cerebros buscaban racionalizar el espacio-tiempo encontrando la compostura que ameritaba estar en el auto, en plena calle.

Charlaron todo el camino hasta la casa de Nico, donde Carlitos los recibió con saltos y muchos lengüetazos a ambos. Ella fue a la heladera a ver si había algo para cocinar, pero encontró desastres.

Flor: - no podes tener así la heladera, organizala un poquito

Nico: - para eso me gusta una chica de virgo

Ella, sorprendida por el aporte astrológico, movió los labios hacia abajo como en señal de sorpresa y él se rió ante su reacción.

Flor: - bueno, igual esta chica de virgo no tiene ganas de renegar hoy, así que mejor pidamos algo

Nico pidió comida en una parrilla que estaba a la vuelta de su departamento, y se alegró con el hecho de que le dieran una porción de provoleta. Ella ya le había dicho varias veces que comer siempre lo mismo le iba a pasar factura en unos años, pero así como se quejaba, también disfrutaba de comer la provoleta junto a él.

Cuando volvió con la comida, ella había improvisado un pequeño encuentro para dos en el balcón, y dejó prendida solamente una pequeña luz de adentro.

Entró y la vió de espaldas a él, mirando la ciudad desde su balcón, y antes de acercarse, conectó su teléfono al parlante del living.

Babasónicos los quiso acompañar esa noche de reencuentro, que tanto les hacía falta.

Te llamé para vernos
Se me ocurren tantas cosas
Empezar por juntarnos
Para no hacer nada

Fue al balcón, y sin decirle nada, la abrazó por la espalda. Ella, al sentir su contacto físico, inclinó un poco su cabeza, dejándose caer hacia atrás, sobre su hombro.

Te propuse mi casa
Nada neutro te dije
"Trae tus pijamas que yo
No duermo bien de noche"

Giró levemente la cara y le dió un beso en el cuello, a lo que él reaccionó con una sonrisa. Sus brazos envolviendo su cintura hicieron presión, mientras miraba las luces de la ciudad

Flor: - te amo

Por mi cama pasa un río
Y en el río un rebaño abreva al sol
Y un pastor inmóvil sentado a mis pies
Me canta, me canta

Él le dió un beso en la frente, quedándose en esa posición, sin separarse. Encontraban siempre momentos así, donde sincronizaban el ritmo de sus corazones sin querer.

Nico: - yo también te amo

..

Se sentaron a comer, mientras Carlitos, abajo de la mesa, mordía una zapatilla vieja que Nico le regaló, por que según el ya la había proclamado su nuevo juguete y nada podía hacer.

Se pelearon por dividir la porción de provoleta en partes iguales, y terminaron jugando a ver quién era más flojo para aguantar el vino que habían comprado. Criticaban juntos el vino blanco, y discutían si era real que con soda podía ser otra experiencia. Las conversaciones culinarias siempre los llevaban a otro tipo de intimidad, que delataba sus personalidades.
La gran mayoría de las veces sus charlas terrenales justificaban sus soles en Tierra.

El alcohol, el amor y el cansancio que tenían de la rutina los unía en esa noche. Ella se corrió de su silla para sentarse sobre él, que rodeó su cintura con un brazo, mientras compartían una copa de vino.

Valle de Valium era un tema muy lindo.

Belleza pálida
No sos igual a las demás
Perla rosada
Frágil caparazón
Déjame acariciar tu femenina vanidad
Y abandonemos la vacilación

Los besos con sabor a vino eran muy distintos a los de la rutina, y tenían un gusto aún más grande por el tiempo que no habían estado juntos. La comunicación corporal era de sus grandes virtudes, y creaban una sintonía que, vista de afuera, parecía ser de un solo cuerpo.

Las prendas que estorbaban y el hambre de algo de tamaño espiritual los movía a la búsqueda de libertad.

Ya no había más vino.

Sube al valle de Valium
Entre momentos pienso en ti
Siento estar tan acomodado y del vado no puedo salir

La energía del aire se transformaba cada vez que ellos se encontraban así, en la crudeza de la piel, en lo más vulnerable del otro. Era el espacio en el que se podían proclamar amantes sin ningún escrúpulo, y donde la vida les daba la luz para reiniciarse, para regenerar sus energías.

Cleopatra echada, al César puedo traicionar
Por un minuto de tu atención, ingenua esfinge
Tu perfumada suavidad, me hace vivir extrañándote

Era un encuentro personal con algo superior a ellos, y éso era lo realmente poderoso y sobrenatural del amor.

Sube al valle de Valium, entre momentos pienso en ti
Siento estar tan acomodado y del vado no puedo salir