|10| Coloca tu confianza en una balanza©

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     Camino apresurado por el pasillo, bebo un sorbo de mi frappé de capuchino y observo a la nada, ensimismado en mis pensamientos. No me detengo a fijarme en nadie, solo pienso en la materia que vamos a recibir próximamente y en Waylon.

    Estoy calmado de saber que Xavier estará a su lado mientras esté en la enfermería; ambos asisten al mismo salón. Aunque no lo parezca tienen la misma edad, a veces se me olvida; son tan distintos.

    Volteo a observar hacia mi lado cuando siento que alguien camina junto a mí.

    —Pero qué caraj...

    Me sobresalto al ver a Elijah.

    Me detengo momentáneamente y coloco la mano encima de mi corazón, que late precipitado, por el susto que me acabo de llevar.

    El mismo, se ríe, en respuesta de mi gesto.

    Se me queda mirando con intenciones de iniciar una conversación conmigo pero sigo caminando, y de este modo, eliminando esa posibilidad.

    Entro al salón, pongo mi bolsa en el suelo y comienzo a colocar encima de la mesa, perfectamente ordenados; los libros y cuadernos de Astronomía.

    —¿No te han dicho que es de mala educación dejar a las demás personas con la palabra en la boca?.

    Le voy a responder lo poco que me importa cuando recuerdo lo mucho que me molesta que Waylon me haga eso.

    "No hagas lo que no te gusta que te hagan"

    Una frase que tanto me ha dicho mi mamá.

    No me había percatado en reflexionar de mi actitud tan borde con Elijah.

    Ya no somos aquellos niños inmaduros de hace dos años atrás.

    Decido hacer las pases y enterrar el pasado. No quiero ser ese chico rencoroso que no acepta perder en una competición. Le tiendo mi mano y le pido disculpas, la toma entre la suya. Para mi sorpresa, la voltea, acerca a sus labios y deposita un beso.

    La retiro con un gesto de disguste.

    Ya recuerdo por qué siempre lo estaba evitando, y me había alejado de él.

    Esta es una de las razones que tanto me irritaban.

    Y no, no me molesta saber que le guste, eso lo sabía antes de que se me declarara, es el simple hecho de que invada mi espacio personal.

    En ocasiones siento que soy muy cruel con él, pero me da rabia que esté todo el tiempo encima de mí.

    Suspiro negando con un gesto de mi cabeza y presto atención al profesor que entra por la puerta. El mismo no pierde el tiempo y comienza a repartir periódicos en las mesas. Es del sistema de propaganda e información que tenemos en la escuela.

    Nadie lo lee, ha permanecido dirigido por los mismos señores durante treinta años.

   Suben noticias aburridas, juegos de sudoku y una página completa con una línea de autoayuda de anónimos, donde semanalmente suben casos de personas que sufren de depresión y cuentan su historia al mundo.

    —Página cuatro. —Comenta el profesor Spencer con un brillo en su mirada.

    Leo con asombro lo que está escrito en este papel.

    Todos murmuran en voz baja.

    Mr. Spencer escribe en la pizarra la palabra:

    Vilkacis.

Descendientes de la luna  +18 [P.1] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora