|19| La máscara de la verdad

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    Mientras la luz se disipa me doy cuenta de que he sido descubierto.

    Las miradas de algunos rostros enmascarados se vuelven hacia mí, en sus ojos, veo una muestra de sorpresa, ira y curiosidad. La fiesta ha tomado un giro inesperado, y mi destino, ahora depende de un hilo.

    En ese momento de tensión, decido volver por mi camino pero me encuentro rodeado de personas. Algunos absortos con el altar, otros, entregados al cántico. Alguien toma de mi mano llevándome  hacia otro lugar.

    Asombrosamente, su tacto me parece familiar.

    —¿Qué haces aquí?.

    Me pregunta Dalton con un rostro enojado, y de pocos amigos, arrancando la máscara de mi rostro y dejando al descubierto mi identidad, solo para él. Ya nos encontramos alejados de los demás.

    —Yo...

    —No digas más, me seguiste.

    Afirma, interrumpiéndome, y asegurando su teoría mientras saca su propias conclusiones.

    —Pero... yo no te seguí. No tenía ni idea de que estarías aquí.

    —Ya no mientras más, Turner. Estoy cansado de que metas las narices todo el tiempo en lo que no te importa.

    Comenta, observándome con una mirada de reprobación, y un enrojecimiento, causado por la bebida alcohólica.

    —Vale, me voy, pero ven conmigo. No te dejaré en ese estado de embriaguez...

    Le intento sujetar por su hombro cuando se suelta de mi agarre de una manera violenta. 

   —Que me dejes mierda. El que se tiene que ir eres tú.

    —Has bebido demasiado, vámonos.

    —Que no... dime cómo entraste. ¿Qué haces aquí?.

    Vuelve a preguntar.

    —Pues me imagino que entré por donde mismo han entrado todos. A no ser que estos pasadizos tengan más entradas.

    —¿Por qué?... Vete a la mierda... y vete de aquí, carajo.

    Añade tambaleando y dándome la espalda.

    —¿Por qué me ofendes tanto?.¿Tanto te molesta verme aquí?.

    —Lo que me molesta es que metas tu narices en todo.

    Se voltea enojado, señalándome con su dedo, y ejerciendo un poco de fuerza, en la punta de mi nariz.

    —¿Quién carajo te dijo que hablaras con Elijah, o con Xavier?.

    —Yo solo quería...

    —No quieres nada. Deja de querer controlar mi vida.

    —Elijah te está utilizando.

    —No soy un niño, maldita sea.

    Comenta, empujándome por mi hombro, lo que hace que trastabille un poco.

    —Eres un frío, egoísta.

    »Nunca tocas la maldita puerta antes de entrar. Pero que uno no toque tu puerta, y entre así sin más, el 'erudito' se enoja y reclama que respeten su privacidad. Nunca compartes lo tuyo, pero te encanta tocar lo ajeno, para 'organizar'. Estoy cansando de tu historia de ser hijo único y tu crianza... Maldito egoísta de mierda...

    —Podré ser todo eso pero no soy un traidor ni un mentiroso. Soy muy leal.

    Le digo, enojado por todo lo que acabo de escuchar. Si, es cierto. Lo admito, lo soy. Pero siempre he pensado que las virtudes caen con mayor peso que los defectos. Y tengo muchas virtudes. Mis acciones no las realizo con la intención de dañar a otros.

Descendientes de la luna  +18 [P.1] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora