Corro la cortina de la ducha quedando frente al espejo, dejo escapar una nube de vapor, creando una atmósfera cálida y densa. Salgo de la tina y busco la toalla. Gotitas de agua resbalan por mi cuello y se pierden en la tela que he envuelto alrededor de mi cintura.
El vapor cubre la superficie impidiendo que pueda observar mi reflejo.
Limpio la humedad con mi mano. Observo mi rostro, mi cabello negro, empapado, se pega a mi frente y cae en mechones desordenados alrededor del contorno de mi cara. Mis ojos brillan con frescura y energía renovada mientras tomo una toalla más pequeña para secarme el cabello.
Cepillo mis dientes.
Peino mi pelo con el gel engomado, llevándolo hacia atrás.
Al salir del baño, mi padre espera sentado frente a su mesa de escritorio, no me dirige la palabra, está centrado en su computadora escribiendo un texto.
Comienzo a vestirme.
Al contrario de lo que pensaba, el silencio reina en la habitación. Solo se limita a voltearse hacia mí y con una sonrisa sincera en su rostro me pregunta si me puede poner la corbata.
Le respondo que sí, algo confundido debido a que esperaba que me bombardeara a preguntas.
—En el nombre de la luna, ya mides mi tamaño. ¿En qué momento has crecido tanto?. Siento que te me vas de las manos.
Añade con una voz nostálgica mientras me realiza el nudo a la corbata.
—Papá...
No puedo continuar de hablar porque me abraza, me abraza con fuerza. Una lágrima se me escapa al escucharlo decir:
—Hijo, sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa. Cuando tengas miedo, cuando te equivoques, cuando te sientas solo... Nunca lo dudes.
Se aparta para observarme de manera fija.
—Eres todo para mí.
Añade secando una de mis lágrimas con sus dedos.
Sus ojos brillan, ellos me dicen lo que no salen de sus labios. Me demuestra cómo aun me sigue viendo como un bebé. Las patas de gallina alrededor de sus ojos son parecidas a los surcos que realiza el campesino en la tierra al amanecer.
Sus dedos gruesos y con callos limpian con delicadeza el recorrido de sal que ha mojado mi mejilla.
—Ve.
Agrega con unas ligeras palmadas de ánimo en mi espalda cuando me volteo yendo hacia la sala de estar.
La cena de Magnolia es un evento especial que se celebra en La Academia.
Se caracteriza por ser una ocasión formal y elegante en la que tanto los estudiantes como el personal del internado participan.
Se celebra cada año en la noche de la primera luna llena de la primavera, marcando el inicio de una temporada llena de poder y renovación mágica.
La gala es una ocasión formal y elegante, donde los estudiantes y el personal del internado se visten con sus mejores galas, mostrando tanto su estatus como su creatividad mágica.
Durante la cena, el internado se adorna de manera festiva, con mesas elegantemente dispuestas y una atmósfera de celebración. Los estudiantes se visten de manera formal, dónde hay un ambiente de anticipación y emoción.
El gran salón de la academia se transforma por completo para la ocasión. Las paredes están adornadas con tapices encantados que muestran escenas de bosques místicos y cielos estrellados.
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Descendientes de la luna +18 [P.1] BORRADOR
LobisomemEn una prestigiosa academia oculta entre los bosques más profundos, se entrenan jóvenes brujas y hombres lobo para controlar sus poderes y proteger sus linajes. Turner, un estudiante reservado y brillante, siempre ha preferido mantenerse en las som...