|18| Érase una vez un corazón digno ©

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    Me percato que Xavier está conversando con Waylon. Parece que le está pidiendo algo, pero este, se encuentra renuente. Niega con un gesto de su cabeza mientras se rehúsa a conceder su pedido.

    Se me escapa una risita baja al ver cómo Xavier le hace un puchero a Waylon, intentando convencerlo. El mismo, observa al techo de la habitación resoplando en respuesta, para terminar aceptando.

    En respuesta, su compañero da saltos de alegría. Verlo de esa manera es como conocer otra faceta suya; una sin reservas ni escudos. Dejando a un lado su personalidad fría y mostrándose tal cuál es. Siento que si alguien podrá conocer y conectar a profundidad con Waylon, ese será Xavier. No sé por qué, solo es un presentimiento.

    Admito que siento un poco de celos.

    Tengo un cúmulo de emociones encontradas. Mientras él da pasos de elefante, yo avanzo con pasos de hormiga. No me refiero que sea una competencia, pero a veces se siente así. No puedo negar que el convivir con otra persona en una habitación hace que, de cierta manera, sean más cercanos.

    Sé que Xavier es un buen chico, y de cierta forma, ambos se necesitan. Dejo a un lado mi egoísmo mientras disfruto verlos sanar.

    Lo guía hasta el centro del salón, justo al frente del piano. Coloca la partitura delante suyo. Y lo ayuda a acomodarse. Sin darle oportunidad de que huya.

    La melodía fluye como un río tranquilo, con pasajes suaves y delicados que evocan sentimientos de paz y reflexión. La introducción suave y las progresiones de acordes iniciales transmiten una sensación de nostalgia y reflexión emotiva, interpretada en el piano.

    Invita al oyente a introspección, recordando momentos pasados y sentimientos profundos. La introducción es lírica y fluida, estableciendo un tono íntimo y melancólico que se mantiene a lo largo de la pieza. La canción evoca una amplia gama de sentimientos, guiados por su interpretación emotiva y dinámica en el piano.

    Su rostro a menudo refleja la emoción de la música. Puedes notar expresiones de concentración intensa, placer y a veces melancolía, que coinciden con las distintas fases emocionales de la pieza.

    La música empieza con una serie de acordes arpegiados, creando una atmósfera envolvente que invita al oyente a sumergirse en la profundidad emocional de la composición.

    A medida que avanza la pieza, los arpegios y acordes se entrelazan, creando una danza armónica que resuena en el alma. La música captura la esencia de la entrega completa y el amor incondicional, guiando al oyente a través de un viaje introspectivo y profundamente conmovedor.

    A veces, su cuerpo se balancea suavemente con el ritmo de la música. Estos movimientos ayudan a acentuar el flujo natural de la pieza y muestran su inmersión completa en la interpretación.

    A medida que la pieza progresa, se introducen secciones más rápidas y enérgicas. Sus manos se desplazan con fluidez sobre las teclas, realizando movimientos precisos y rápidos durante las secciones más enérgicas.

    Los dedos se arquean y se estiran para alcanzar acordes complejos y notas rápidas.

    Estos cambios rítmicos y melódicos infunden un sentido de esperanza y elevación, como si la música estuviera contando una historia de superación y renovación.

    La combinación de melodías delicadas y armonías cálidas a lo largo de la canción proporciona una sensación de calma y paz. Es un respiro en medio del ajetreo diario, ofreciendo un espacio para relajarse y desconectar.

    Mantiene una postura erguida pero relajada. Durante los momentos más apasionados, puede inclinarse ligeramente hacia el piano, como si estuviera aún más inmerso en la interpretación.

Descendientes de la luna  +18 [P.1] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora