|6| El desespero del murciélago ©

1.2K 163 946
                                    

    Camino indeciso de un lado al otro, dentro de mi habitación.

    Dalton no ha regresado aún, es la única persona que conoce a Elijah desde pequeño, y tengo tantas cosas que preguntarle.

    Hoy se cumple el aniversario de la muerte de sus padres. Ellos eran una pareja de científicos, víctimas de la gran masacre, hace cinco años atrás. Por ese motivo, no estaba presente en el entierro de Mike.

    Siento que están sucediendo cosas que no nos están contando.

    Nos ocultan la verdad.

    Me pongo una sudadera con gorro y bajo a la enfermería a buscar información. Mi sentido auditivo es muy agudo y perceptible, por eso me es tan fácil escuchar conversaciones ajenas, ya sea en susurros, tras la puerta, o viendo sus labios al hablar.

    Me siento cerca del departamento de la directora. Oculto en una esquina, donde no pueda llamar la atención. Apoyo mi cabeza en la pared. Cualquiera que me viese, al caminar junto a mí, pensaría que estoy dormido.

    Me concentro relajando los músculos auditivos, abro y cierro las manos, inhalo y exhalo profundamente.

    Dirijo mi sentido de la escucha a esa oficina en particular, la recámara de la directora Völva.

    Un hilo de sangre corre por mi nariz debido al esfuerzo que estoy realizando. Logro entrar, y ver, entre las sombras.

    El cuarto está a oscuras, alguna que otra vela ilumina la estancia.

    —Lo até a la cama luego de inyectarle un calmante.

    —Tienes que decirle la verdad. —Comenta mi padre acercándose a su espalda mientras Völva observa por la ventana.

    —¿Y que me odie más?. —Pregunta, con la mirada perdida hacia la lejanía del vasto bosque.

    —Ya no puedes seguir ocultándole su pasado.

    Suspira, girando su cuerpo y tomando una de sus manos entre las suyas. Añade la siguiente pregunta con preocupación en su tono de voz:

    —¿Te lastimó?

    Una pregunta que por más inocente que parezca, en estos momentos, me cae como un balde de agua fría sobre mi cabeza. En su tacto percibo una cercanía, y no, precisamente la de amigos. 

    —Estoy bien... le pedí a Minako que preparara más aceite de flores de loto. Se lo está administrando cada dos horas.

    Su respuesta hace que deseche mis sospechas. Se suelta de su agarre y le responde de una manera fría, y neutral. 

    Esa flor es como una reliquia para las hechiceras occidentales.

    Sus poderes curativos son capaces de bajar la fiebre y contrarrestar cualquier maleficio que hayan lanzado contra ti. Minako es la profesora de "Hechizos y Pociones" de las brujas. También es una de las enfermeras principales que utiliza la medicina verde para atender a los pacientes.

    Mi padre cierra los ojos, suspira con cansancio en su mirada y comenta:

    —Völva...

    —Necesito entrar a su mente y saber si era un incidente aislado, o algo más.

    —¿Algo más?.

    Pregunta con los brazos cruzados delante de su pecho y alzando los hombros a medida que habla. Sus ojos van de un lado al otro, dubitativo, cuando vuelve a preguntar:

    —¿Cómo qué?

    La directora lo observa como si se detuviera a pensar en el efecto que tendrán las siguientes palabras que saldrán de sus labios, sobre su compañero.

Descendientes de la luna  +18 [P.1] BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora