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Jueves 6 de febrero, 2014
Hacia afuera muestro una sonrisa, una de mis sonrisas más falsas. A pesar de haber horneado galletas, juntarme con Lexie y Kath y bailar hasta no sentir más mis huesos, aún me queda el sabor amargo de haber perdido a mi primer paciente aquí. Soy consciente de que en algún momento iba a suceder, no existe ningún cirujano que no pierde a un paciente, así como tampoco existe alguno que sea de hierro y no le importe.
El fracaso no está en mi vocabulario.
Me recuerdo las veces que regañé a Summer porque bajaba los brazos, cómo le dije todas las verdades dos noches antes de volar hacia aquí. Si quiero ser un ejemplo para mi hermana menor, todo lo que digo lo tengo que implementar para mi misma.
No me quedaré lamentando el haber arruinado los últimos días de una pareja, haré hasta lo imposible para evitar que eso vuelva a suceder, buscaré todas las soluciones posibles de cualquier caso y no me adentraré a la boca del lobo sin saber cuál es el final.
El fracaso es inevitable, a todos alguna vez le dijeron "no" un millón de veces pero no desistieron y eso es justo lo que yo haré. No le dejaré la última palabra al fracaso, no voy a rendirme, no voy a darme por vencida, me voy a mantener de pie y aguantar.
—¿Estás mejor? —me pregunta Seth mientras caminamos por los pasillos bebiendo café.
—Sí —contesto, en parte mentira y en parte verdad—, la vida sigue para mi, no puedo estancarme.
—Tienes mucha razón. Además, siempre se pierden pacientes, hay algunos en los que la muerte ya es irreversible.
—Sí, gracias, Seth —le sonrío sincera—. ¿Y tú? ¿Sigues viéndote con ese chico tan gay como tú?
Ríe después presionando sus labios en una línea recta y niega con su cabeza.
—Sí, es mi alma gemela.
—¡Por Dios! —jadeo alarmada— Espero que haya sido una broma y no lo pienses de verdad porque deberé llevarte al exorcista.
—Qué exagerada eres —vuelve reír golpeándome con su hombro. Sonrío divertida.
—Tú eres el maldito gay que habla de encontrar a su alma gemela sin llevar un mes conociéndose.
—Tiene el pene grande, ¿eso ya es suficiente? —arquea una ceja. Asiento mientras pienso la respuesta, me asombra la facilidad con la que puede tratar estos temas.
—Sí, creo que es suficiente.
—Genial.
—¿De qué hablan? —pregunta Vince interceptandonos.
—Penes —respondo.
—Los dejaré solos entonces —hace un saludo militar y enseguida se va. Seth y yo nos miramos, negamos con nuestras cabezas y reímos.
Dejo de reír cuando me encuentro de frente a Alex hablando junto a una chica castaña. Él no me ve, por lo cual aprovecho a seguir caminando como si nada hubiera pasado.
Aunque, a decir verdad, nada pasó. Simplemente le admití que ya no lo amo y eso fue todo.
Bueno, no, no lo fue todo. No quedó ahí no más. Algo dentro de mi se sintió mal por decirle eso, por haberme expuesto una vez más y no haber obtenido ninguna respuesta. La Noah de hace unos años esperaba que mágicamente Alex se me confesara, diciendo que estaba arrepentido de sus decisiones y que ahora ya había madurado, pero la Noah de hoy en día sólo quiere estar lejos de él, enterrar todos sus sentimientos y seguir fingiendo demencia.
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ALEX [Kings #2]
Teen FictionNoah y Alex son el agua y el fuego. Son la furia y la calma. La herida y la cura. Juntos son explosivos, separados son destructivos. Ambos son orgullosos y esa será la ruina de su extraña relación.