Capítulo 010

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Un final no tan final...

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Viernes 8 de marzo, 2013

Quisiera afirmar con todas mis convicciones que mi historia con Alex Hamilton fue cerrada y sepultada aquel domingo de febrero de hace un año. Sin embargo, sería una completa mentira. Y a veces las mentiras no son malas, aquellas mentiritas piadosas no lo son, pero esto sí lo sería. 

Lo que sí puedo afirmar es que hoy en día soy más segura de mi misma y puedo tomar decisiones, puedo decir "no" sin ningún problema, y ya no soy débil frente a él.

Fue un proceso largo, donde por suerte mis amigos siempre me apoyaron. Principalmente Lexie y... Neels. Neels es ese chico soñado por todas, que lo más probable es que haya sido sacado un cuento y puesto justo frente a mi para ser mi salvador. ¿O mi príncipe? Por favor, qué cursi todo esto. Pero no miento cuando digo que Neels es el chico perfecto; y precisamente es el chico que me merezco. 

Por esa razón es que me volví más fuerte frente a Alex. Claro que cuando lo veo me tiemblan las piernas y mi parte íntima ansía tenerlo dentro de mi, pero pues soy muy buena disimulándolo. Creo que después de estos largos meses, pude enterrar en lo más profundo mis sentimientos por él y dejarlo simplemente en una atracción sexual. Fue lo que más fácil me salió. Y al mismo tiempo, fue lo más difícil.

Aún recuerdo la primera vez que volvimos a hablar luego de haber terminado lo que sea que teníamos. Yo estaba en clases de anatomía divirtiéndome con Nora y Becca, estábamos hablando sobre la anatomía masculina y todo lo que podíamos aprender sin necesidad de estar en esa clase.

—Descubrí que Caleb tiene un piercing en su pene —nos contó Becca en un susurro. Abrí mis ojos con ligera sorpresa.

—Creí que a los hombres les duele hacerse un piercing justo en ese lugar.

—Sí, bueno, el sufrimiento valió la pena.

—¿Y qué tal? —pregunta nuestra amiga pelirroja.

—Deberían decirle a Neels y a Kian que se los hagan.

Solté una risa estruendosa que hizo que todo el salón me mirase, pero simplemente me encogí de hombros y traté de aportar algo relacionado con el tema que se estaba desarrollando: aparato reproductor y las enfermedades de transmisión sexual. El profesor pareció satisfecho con mi aporte y se olvidó por completo de mi pequeña intromisión.

Las tres seguimos hablando sobre el tema y sacando algunas conclusiones llegamos a coincidir en un punto: debíamos probar todo eso de lo que nos estaba hablando nuestra amiga. Se me iba a caer la cara de la vergüenza al pedirle eso a Neels, pero ¿qué podía ser lo peor que pasara? Pues nada. O quizás que pensara que soy una loca y decidiera terminar nuestra reciente relación pero, querido lector, como sabes, claramente no terminó conmigo.

Luego te contaré si se hizo el piercing o no.

Lo importante es que en ese momento mi teléfono sonó con un número desconocido. Colgué sin molestarme en responder ya que no atiendo a los números que no tengo agendados, mucho menos si me están llamando para pagar los servicios. Pero el número insistió otra vez, colgué otra vez, me envió un mensaje de texto que decía "Atiende" y nuevamente apareció su número en la pantalla de mi teléfono.

Gracias a todos los cielos lo tenía en silencio, sino ya hubiera sido echada de la clase varias veces.

Me salí del salón para poder hablar sin molestar a nadie y no interrumpir la clase. Quería insultar a quien sea que estuviera llamándome de forma tan insistente pero se me adelantó.

ALEX [Kings #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora