Capítulo 018

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Viernes 21 de febrero, 2014

Espero a Riley en el bar frente al hospital, le quedan unos pocos minutos para que termine su turno, luego iremos a mi departamento para vestirnos y, posteriormente, saldremos junto a Seth y a su chico gay, no recuerdo muy bien su nombre pero me conformo con "chico gay". No lo digo por estar en contra de ellos porque es todo lo contrario, ¡adoro tener un amigo gay! Pero necesito algún apodo para poder reconocerlo.

Le pido una margarita al barman y enseguida la deposita frente a mi, sonrío extendiéndole el dinero y le doy el primer trago.

—¿Muchas cirugías? —pregunta, buscando un tema para hablar. Aquel chico debe tener mi edad, más o menos, y siempre intenta hablar conmigo cada vez que vengo.

—No tantas, pero siempre hay algo que hacer en el hospital.

—Me imagino —ríe demostrando su nerviosismo—, ¿no te da algo ver la sangre, heridas abiertas, huesos hacia fuera...?

Jamás me hicieron una pregunta tan estúpida como esa, admiro el hecho de que ese hombre aproveche para hablar conmigo cuando voy a tomar algunos tragos, siempre cuenta algunos chistes malos pero que me hacen reír de cualquier forma, no me coquetea muy directamente y, además, es lindo. Metro setenta, pelinegro, ojos marrones, músculos ocultos debajo de su vestimenta, el chico está bien. Pero cuando los nervios aparecen se convierte en un idiota.

Doy otro sorbo a mi trago esperando a que reaccione y se de cuenta la estupidez que me preguntó. Abre sus ojos a tope y comienza a balbucear, haciéndome reír.

—Lo siento, fue una pregunta tonta.

—Lo fue —coincido y me acomodo en la silla—, pero antes sí me daba algo, quería mantenerme lo más lejos posible hasta que, bueno, me acostumbré —me encojo de hombros y él sonríe.

—Un vaso de whisky —pide una reconocida voz a mi lado. Ruedo mis ojos ignorándolo y espero a que el pelinegro vuelva para seguir hablando—. Hola, Noah.

Y hasta allí llega lo de ignorarlo. Tomando una bocanada de aire, me giro hacia él.

—Hola, Alex.

—¿Cómo estás? No te vi mucho estos días —sigue hablando haciendo círculos con su dedo en la barra. Desvío mi mirada hasta su dedo, trago saliva sintiéndome extrañamente nerviosa y luego regreso a sus ojos.

Aquellos faroles azules eléctricos que muestran diversión, jamás muestran algo diferente a no ser que se trate de algún tema del hospital, allí sí luce serio y profesional. Estoy tratando de evitarlo porque no quiero que mis sentimientos reaparezcan. El beso del otro día aún sigue resonando en mi cabeza y si no me lo quito de encima no podré dejar de pensarlo.

—No quería ver tu rostro —le digo mostrándome desinteresada. Él ríe asintiendo varias veces con su cabeza.

—Es decir que estabas evitándome.

—¿Te crees muy importante? —lo encaro. Alex sonríe arqueando una de sus cejas.

Malditas hormonas.

—¿Por qué no vienes a beber algo conmigo? —dice sugerente. ¿Acaso está invitándome a su casa?

Antes de responder, me tomo unos segundos para pensarlo. Si él está jugando, ¿por qué yo no lo hago? Él no es el único que puede aparecer y desaparecer, hacer y deshacer como quiere, besarme como si fuéramos íntimos y luego fingir que nada pasó. Yo también podría unirme a ese juego y quizás vengarme por lo de hace años.

ALEX [Kings #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora