Capítulo 039

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Miércoles 23 de abril, 2014

Me sobresalto al escuchar la alarma y la apago rápidamente entreabriendo mis ojos. Luego, vuelvo a cerrarlos durante unos segundos mientras me cuestiono por qué tuve que estudiar medicina y trabajar de eso, lo cual me lleva casi todo el día pero no importa, soy feliz salvando vidas y haciendo sentir mejor tanto física como emocionalmente. Así que ese es mí incentivo para levantarme.

Me siento sobre la cama y me quedo como una estatua observando todo.

Yo me quedé dormida en el sofá. ¿Por qué estoy en mí cama? Y peor aún, ¿dónde está Alex?

Como jamás lo hice, me tomo todo mí tiempo para vestirme y también desenredo un poco mí cabello que parece que los pájaros lo atacaron. Decido que la mejor opción es hacerme una cola alta y que cuando vuelva del hospital, me daré una ducha para limpiarlo.

Rayos, desearía volver a estar en un salón de belleza.

Salgo de mí habitación muy lentamente, sin querer hacer ruido. No sé cuál es el sentido porque si Alex está aquí, me verá de todas maneras, pero no quiero encontrarme enseguida con él.

Tengo una mezcla de sentimientos encontrados, que necesito hablarlo con alguien porque sino mí cabeza y toda yo vamos a explotar. Soy consciente de que ya no hay una tregua de amigos y que Alex me está coqueteando muy abiertamente, y aunque mis partes más débiles quieren ceder, aún mí cerebro tiene mucho por decidir. Y no es fácil que mantenga constantemente un enfrentamiento dentro mío.

Paso la sala sin moros en la costa y me adentro en la cocina, dónde noto un papel nuevo pegado a un imán en la heladera. Me acerco para leer.

“Me fui luego de llevarte a la cama y no creí que debía quedarme. Tengo tu llave, así que avísame cuando estés lista. También voy a llevarte al hospital ;)”

Sonrío de manera estúpida y dejo la nota allí. No quiero tirarla.

Me preparo el desayuno, un simple café con una tostada ya que no me despierto con hambre pero tengo que tener algo sólido en el estómago antes de enfrentar mí jornada laboral, y cuando termino a los veinte minutos, le envío un mensaje a Alex para que venga a abrirme.

Mientras lo espero, guardo algunas cosas en mí mochila, como por ejemplo otro abrigo, un cambio de ropa y algunos caramelos por si me baja el azúcar. Escucho el ruido de la llave abrir la puerta y luego suena el timbre. Me acerco con una sonrisa divertida y abro.

—¿Secuestras mí llave y tocas timbre? Raro.

—Hola, buen día —me saluda ignorandome a propósito y planta un beso en mí mejilla que incrementa aún más mí sonrisa—. Soy una persona educada, no entro a casas ajenas.

—Seguro.

Extiendo mí mano para que me devuelva la llave y lo hace sin peros. Entro para buscar mí mochila y vuelvo a salir cerrando la puerta y guardando la llave. Alex camina a mí lado y ambos entramos al ascensor.

—¿Dormiste bien?

—Sí, gracias. No tenías que llevarme.

—Supuse que sería muy doloroso para tu cervical despertar en ese sofá incómodo.

—Supuso bien, doctor —le contesto con diversión y sonríe.

ALEX [Kings #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora