Capítulo 024

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Martes 4 de marzo, 2014

Fue divertido no trabajar por unos días, pero volver a la rutina cuesta. Extraño estar de vacaciones, aunque hayan sido sólo unos días por culpa del accidente. Lo bueno es que aún mis amigos hacen todo por mi, así que yo feliz y contenta de tener sirvientes.

Lo que también extrañaba demasiado eran los chismes del trabajo. Así que después de una larga jornada laboral, me dieron el visto bueno para beber un par de copitas.

—¿Y a este qué le pasa? —cuestiona Harry mirando a un Seth ebrio, triste y decaído. Parece como si no estuviera con nosotros, sus ojos miran un punto inespecífico.

—El idiota gay lo dejó —le informo acariciando la espalda de mi amigo. Él ni siquiera se inmuta, de no ser porque parpadea creería que está muerto.

—¿Por qué no te buscas vaginas, hombre? —le sugiere mirándolo— ¿No es aburrido no tener un arco donde hacer el gol?

Río sacudiendo mi cabeza mientras que Riley y Teresa lo golpean en la nuca por estúpido. Sigo dándole consuelo al hombre que tengo por amigo mientras que Harry se soba en el lugar donde las dos mujeres le habían pegado, su ceño se encuentra fruncido y de seguro está pensando en las mil formas en las que podría matarlas.

Ya habíamos quedado en encontrarnos aquí pero Seth llamó llorando que el idiota gay lo había dejado por otro, así que todos corrimos en su rescate para poder subirle el ánimo, aunque él no estaba poniendo mucho entusiasmo de su parte y yo no soy muy consoladora que digamos. El idiota gay lo dejó por otro idiota gay que conoció hace unos días.

—Oye, Seth —lo llama Ginger, sacudiendo su cabello hacia atrás—, si quieres dejo que me toques los senos.

—¡¿Qué?! —exclaman los tres chicos.

—Eso no es justo, Ginger, a nosotros no nos dejas —se queja Vincent.

—Porque ustedes son unos pervertidos y unos malditos heteros —escupe con obviedad. Esa chica es bipolar, a veces la podías encontrar en una sala de descanso teniendo sexo con Vince y en otros momentos podías encontrarla odiándolos—. ¿Qué dices, Seth?

—¿Está vivo? —pregunta Jason frunciendo su ceño.

—Sí, idiota —bufo negando con mi cabeza, recargo mi espalda sobre la silla y me cruzo de brazos.

—Deberían dejarlo que haga su duelo en paz —sugiere Tess bebiendo de su cerveza.

—Ey, Seth —intenta Riley moviendo su mano delante de sus ojos.

—Deberíamos llevarlo al hospital —opina Ginger un poco dudosa.

—Seth no sobrelleva bien las rupturas —informa Riley en general—, dentro suyo hay una guerra sobre si asesinar al idiota gay o dejarlo vivir y demostrarle que puede ser feliz.

—¿Cómo lo sabes? —pregunta un Harry sorprendido.

—Porque no es la primera vez que lo dejan —responde Vince soltando una corta risa al final.

—Te escuché, idiota —habla Seth mirándolo de forma amenazante—, tú deberías ser el idiota hetero.

—¡Ese es mi amigo! —chilla Riley y río estando de acuerdo.

[...]

Al regresar a mi departamento, un olor riquísimo a comida entra por mis fosas nasales. No tengo que ser una adivina para saber que se trata de Neels. Él se ha estado quedando en un hotel pero siempre me espera para cocinarme algo, ya sea almuerzo, merienda o cena. Al principio me quejé pero finalmente me acostumbré, como dije antes, es lindo tener sirvientes.

ALEX [Kings #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora