Capítulo 026

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Alex

No sé qué podría regalarle a Lexie por su cumpleaños ya que tiene todo lo que necesita y todo lo que la hace feliz, es decir: yo. Finalmente, decido comprarle un conjunto de lencería sexy que es de conejita y unas esposas y un látigo para que pueda usar con James. Seguro a eso le da mucha más utilidad que a cualquier otra estupidez.

Al llegar a la casa de la cumpleañera, es ella quien me abre la puerta y la saludo con efusividad.

—Aquí tienes tu regalo —le guiño un ojo e ingreso a la casa cerrando la puerta detrás de mi.

Lexie se toma su tiempo para abrir la bolsa hasta que ve lo que hay en su interior y sus mejillas se vuelven muy parecidas a un tomate. Me río.

—¡Eres un pervertido!

—Encima que pienso en tu placer.

Lexie niega con su cabeza guardando todo para que nadie vea ese regalo maravilloso.

—Está Noah aquí, con Neels —me avisa y asiento. 

—Está todo controlado —le respondo pasando mi brazo por sus hombros y dejo un beso en su cabeza. Ella es mucho más enana que yo, por lo cual me agacho hasta quedar a su altura.

—Qué maldito eres.

Entre risas, llegamos a la sala que es donde todos se encuentran comiendo y bebiendo. La primera en darse cuenta de mi presencia es la pequeña Abby.

—¡Tío Al! ¡Tío Al! —exclama sacudiendo sus brazos.

Sonrío pero rápidamente se me borra la sonrisa al ver en dónde está. Su cuerpito está sobre las piernas de Noah, y no tenía ninguna intención de acercarme a ella esta noche. Inspiro aire profundamente y lo suelto de la misma manera antes de volver a esbozar una sonrisa y acercarme a la niña de ojos verdes que espera por mi.

—Hola, amor de mi vida —la saludo y estiro mis brazos para agarrarla.

No sé si lo hago intencional o inconscientemente, pero mi brazo pasa cerca del de Noah. Creo que hasta llego a sentir la suavidad de su jersey mezclándose con mis cabellos erizados. La veo suspirar, como si aquel acercamiento la afectara de alguna manera. No quiero demostrar que a mi también me afectó, simplemente tomo a Abby entre mis manos y le doy vueltas en el aire.

—Wow, estás enorme, ¿qué estás comiendo? —le digo molestándola en su vientre con sonidos raros.

—Hamburguesas —me responde entre risas.

—¡Abigail! —exclama Nate a modo de reprimenda y la niña y yo reímos sin darle importancia.

—Sabes que ese es un secreto entre nosotros —murmuro en su oído.

—Ya estoy resignada —exclama su madre.

—Los niños siempre tienen un tío que los consiente —acota el Nilo ese y ruedo mis ojos. Ni siquiera debería estar aquí—. Alex, ¿qué tal? El otro día te quise saludar pero te fuiste rápido.

—No sé dónde nos podríamos haber cruzado —le respondo sin darle importancia, estando más interesado en las boberías que hace mi ahijada con mi cabello.

—En el edificio donde vive Noah. Vives allí, ¿cierto?

Dejo de estar atento a Abby y miro al rubio que acaba de soltar esas palabras con una malicia muy notable. No puedo evitar mi sorpresa.

—Tú no me dijiste nada tampoco —le dice a Noah, quien frunce su seño sin entender.

Las palabras de Neels me dejan tieso completamente. Me está desenmascarando frente a Noah, quien tiene una expresión que, mierda, no puedo siquiera explicar. Su rostro está descolocado.

ALEX [Kings #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora