¡OH DIOS!

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Cuando Bae Kwan, regresa a las instalaciones de Masquerade situadas en Seongsu-dong, después de haber permanecido en su casa más de una semana, bajo los efectos de una fiebre altísima, acompañada de diarrea y vómitos, lo último que espera, es encontrar la puerta de la sala roja cerrada por dentro y la oreja de la joven recepcionista, pegada a ella.
—Jen,¿Qué estás haciendo?.
Al escucharle, la chica se sorprende y sobresaltada, se aparta de la puerta con las mejillas arreboladas y los ojos brillantes.
—¡Ah jefe, qué susto!—exclama volviendo rápidamente a su mesa—¡No le esperábamos tan pronto!,¿Ya se ha recuperado?.
Bae Kwan, enarca una de sus cejas molesto.
—Si, ya estoy recuperado,solo fué un virus—responde secamente—¿Qué, está pasando ahí dentro?,¿Y por qué está cerrada esa puerta?,¡Necesito, mis diseños para la nueva colección “Venecia”!.
La recepcionista, baja su mirada para fijarla en su teclado simulando estar muy ocupada.
—¿Jen?.
De repente los ruidos se hacen más nítidos convirtiéndose, en golpes rítmicos, gemidos y jadeos.
Al escuchar el sospechoso alboroto en el interior de la sala, Kim Bae Kwan se aproxima a la puerta, para a su vez pegar el oído.
—¿Jimin, eres tú?—inquiere aporreando la puerta—¿Quién está contigo?,¡Necesito entrar a por mis diseños!.
Los golpes y los gemidos se incrementan, ascendiendo en volumen y velocidad, mientras los ojos de Jen, se abren cómo platos cuando se escucha claramente la voz de Park Jimin.
—¡Mmm Jungkook, sigue así, así, no pares, no pares!—jadea—¡Oh Dios, oh dios!.
La expresión de Bae, es de sorpresa primero, transformándose en rabia después, cuando descubre con quién está fo***ndo su socio y rojo de ira, se arroja sobre la puerta, para intentar abrirla.
—¡Jungkook, abre esta maldita puerta y déjame partirte la cara!.
De repente, los golpes y los gemidos cesan y segundos después, la puerta de la sala roja se abre, dando paso al chico número trece, con el torso desnudo, cubriendo su musculoso cuerpo sudado, con sólo una pequeña toalla enrollada en su estrecha cintura.
—¿Qué son esos gritos Bae?—inquiere Jungkook, cruzando sus inmensos bíceps sobre sus enormes pectorales—¿No ves, que tú socio y yo, estamos ocupados?.
La actitud chulesca del chico, pone aún más colérico a Bae quién sin aguardar un segundo, planta sus manos sobre los hombros de Jungkook y fuertemente le empuja.
—¡Deja a Jimin en paz, cerdo!—grita como un energúmeno—¡Él y yo, estábamos bien sin ti!.
Tras no haberse movido ni un ápice con el empujón de Bae Kwan, Jeon Jungkook dibuja una sonrisa en su rostro.
—¡Él y tú, no estabais bien sin mi!—responde sin abandonar su postura—¡Porqué él me ama!,¿Verdad Jimin?.
Al fondo, recostado sobre una de las cheslong, también desnudo y solo cubiertas sus partes con otra diminuta toalla, Park Jimin sonríe, mientras mordiéndose los labios de forma sensual, da pequeños golpecitos con sus dedos sobre la tela del sofá.
—Es verdad, te amo y te deseo—responde con voz áspera, ignorando a su socio y clavando su mirada pervertida directamente en Jungkook—¡Dame más nene, necesito más!.
—¿Nos dejas?—susurra Jungkook, agarrando el pomo de la puerta para cerrarla—¡Tengo que darle más, y no quiero que se enfríe!.
Sin embargo, Bae Kwan con la intención de evitarlo, introduce su pié entre la madera y la jamba.
—¡Él, no es bueno para tí Jimin!—grita antes de que Jungkook cierre con un fuerte empujón—¡Escucha lo que te digo, yo siempre he estado a tu lado!,¡Yo te amo de verdad!,¡Él no!,¡Este tío, solo te utiliza!
A continuación temblando de rabia, Kim Bae Kwan se aproxima a Jen, quién observa la escena con absoluto deleite y sin perderse nada.
—¡Jen, tenemos que llamar a la policía!.
Pero ella, totalmente inmersa en su fantasía sexual, dónde es la protagonista absoluta de las atenciones amorosas de su jefe y el chico número trece, no le escucha.
—¡Maldita sea Jen!—repite—¡Tenemos que llamar a la policía!.
En ese instante, los gemidos, golpes y jadeos, empiezan de nuevo y está vez, se escuchan aún más cerca tras la puerta.
—¿Llamar a la policía?—le increpa, la joven regresando abruptamente de su fantasía—,¿Y que les vamos a decir?,¿Qué su socio y su nuevo amante están fo***ndo como conejos y le incomoda, le disgusta y se muere de celos, por qué le gustaría estar en su lugar?.
Al ver la expresión de Bae, tras pronunciar esas palabras, Jen se arrepiente inmediatamente.
—Lo siento jefe, yo no quería…
En silencio y profundamente afectado, el socio de Park Jimin sacude la cabeza y al tiempo que abandona la recepción, tras la puerta los gemidos, jadeos y golpes intensifican de nuevo su ritmo, mientras la recepcionista sin poder contenerse por más tiempo, corre en dirección al baño para poder desahogarse.

Continuará…










MASQUERADE -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora