EPÍLOGO

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—¡Camarero!,¡Camarero!—exclama una mujer entrada en carnes, gesticulando con un sobre de ketchup en su rechoncha mano—¡Tráeme más ketchup!.
A pesar de sus gritos y sus aspavientos, el camarero no la escucha, puesto que se ha quedado petrificado, frente a la pantalla del enorme televisor.
Uno de sus compañeros, cargado con una bandeja con varios platos con hamburguesas y patatas fritas, le da un codazo al pasar por su lado.
—Park, ¿Qué c**o haces ahí parado?,¡Tenemos un montón de trabajo, faltan los primeros platos en la mesa cinco y los postres en la dos!.
Con la mirada fija en la pantalla, Park Jimin no reacciona.
—¡Bae, dile a Park que se mueva!—ordena otro colega al tener que esquivarlo,¡Tenemos el local lleno!.
Obedeciendo, Kim Bae Kwan deposita los platos que lleva, en la mesa de los clientes y rápidamente se aproxima a su amigo.
—Jimin, ¿Qué haces?,¿Quieres que nos echen?—le susurra al oído agarrando su brazo—¡No olvides que ya no somos ricos y necesitamos el dinero!.
—Son ellos.
—¿Qué?.
—Son ellos—repite Jimin, sin moverse del lugar—¡Son ellos!.
Bae Kwan, vuelve su rostro en la dirección donde Jimin está mirando, para comprobar que en la televisión, aparecen Jeon Jungkook y Jen.
Con letra pequeña en la parte baja de la pantalla, se informa que el famoso modelo de Versace y Dior, Jeon Jungkook, se retira del mundo de la moda.Tras haberse gastado varios millones de wones, en la construcción de una clínica privada en honor a Mark un ser querido fallecido y juntamente con la hermana de este , el ex modelo Jeon Jungkook, trabajará como médico.

Al leer las pequeñas letras que se deslizan por la pantalla como diminutas hormigas, el corazón de Bae da un vuelco y sin poder evitarlo, sus ojos se mueven del perfecto y hermoso rostro de Jungkook vestido con un impecable Versace, al pálido y demacrado rostro de Park Jimin, vestido con un vulgar delantal de camarero.
Sin embargo, sorprendentemente en el rostro de su amigo, al que quiere con locura a pesar de su cinismo, prepotencia y frivolidad, no encuentra un ápice de rencor ni ira, todo lo contrario.
—¡Park y Kwan!—grita su jefe, el cual ha salido en ese instante de la cocina —¡Si os quedáis ahí pasmados cinco segundos más, os echo a la calle!.
La rugiente voz del hombre, consigue que Jimin reaccione y tras parpadear unos instantes, se pone de nuevo en marcha.
Dos horas más tarde, cuando todos los comensales ya se han marchado, Park Jimin y Kim Bae Kwan, disfrutan de unos minutos de descanso, sentados en la parte trasera del local.
—Bae—inquiere Jimin expulsando el humo de su cigarrillo—¿Crees en el karma?,¿Crees, que el destino nos castiga,  por el daño que podemos haber hecho?.
Bae, suspira con un deje de tristeza, seguidamente rebusca en sus bolsillos y finalmente saca un pequeño trozo de papel.
—¿Qué es esto?.
Curioso, el ex CEO de Masquerade, desdobla el pliego que le ha entregado su compañero, amigo y ex socio.
Se trata de un número de teléfono.
Con la hoja entre sus pequeñas manos, la expresión de Park Jimin, es de genuina sorpresa.
—Es su teléfono —susurra Bae—He visto en tu mirada que aún le amas y he pensado, que podrías llamarle… y no sé…tal vez te perdone.

Fin.











MASQUERADE -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora