𝗗𝗔𝗬𝗟𝗜𝗚𝗛𝗧 ━━ 𝖬𝖮𝖭𝖪𝖤𝖸 𝖣. 𝖫𝖴𝖥𝖥𝖸 ✓

Ϟ 04. 𝗮 𝗯𝗶𝘁𝘁𝗲𝗿 𝗸𝗶𝘀𝘀

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ྉ 04 : : CAPÍTULO CUATRO

i. UN BESO AMARGÓ

             FINALMENTE EL BARCO HABÍA TOCADO TIERRA el ambiente pesado entre los dos capitanes seguía estando pesado a decir verdad. Con un plan a la mitad bajaron del barco y caminaron por las calles de ese polvoriento pueblo, a simple vista se veía tranquilo hasta que poco a poco se veía el desastre que había en el sector. Escombros por todos lados, el pueblo estaba hecho un desastre totalmente. Se podía percibir la pobreza en que los aldeanos vivían.

—¿que carajos paso aquí?— pregunto Levi al notar una casa que estaba de cabeza.

—no soy experta pero talvez pudo haber sido un tornado.— sugirió Ronnie tomando con fuerza el brazo del rubio.— aunque algo me dice que esto no lo hizo uno.

La tripulación se quedó admirada por el gran desastre que se veía, parecía como si una fuerza de la naturaleza hubiese causado todo ese desastre.

—oigan y si mejor regresó al Merry para cuidarlo.— sugirió Ussop quien temblaba del miedo.

—a ningún lado irás. Venimos todos y todos vamos a seguir.— ataja Armin tomando al moreno por el borde de la camisa.

—de algo estamos seguros y es que esto no lo hizo ninguna fuerza de la naturaleza.— dijo el cocinero metiendo la mano en uno de sus bolsillos.

—esto lo hizo Arlong.— dice entre dientes Luffy mientras aprieta los puños.

Si su mente se encontraba ocupada planeando la paliza que le daría a aquel hombre pez que se había llevado a su navegante.

Lo cual era bueno puesto que el resto del viaje se la había pasado pensando en su problema con Enola.

La pelirroja no le había dirigió la mirada desde que bajaron del barco, estaba apagada y solamente funcionaba por algún tipo de programación. De brazos cruzados se mantuvo cerca del grupo en silencio escuchando u observando todo lo que había a su alrededor.

Apretaba sus puños ansiosa por sacar toda esa rabia que llevaba acumulada por dentro, deseosa por golpear a la primera persona que intentará arrebatarle su poca paciencia.

El grupo siguió avanzando encontrando cada vez más destrozos. Si la casa que estaba de cabeza los impresionó, la casa que se encontraba partida por la mitad los termino de impresionar. Por todos lados se veía algún daño nisiquiera los árboles se habían salvado de la furia de esos hombres pez.

Tras una breve pausa los sombrero de paja siguieron caminando hasta ser detenidos por un grupo de aldeanos que eran ajenos a su presencia.

Los aldeanos se veían asustados y nerviosos, quien parecía ser el jefe tenía en las manos un cofre pequeño dónde cada persona iba colocando dinero dentro.

—talvez todavía tengamos tiempo.— opino uno de los aldeanos con esperanza a qué pudieran juntar el resto.

—es todo lo que tenemos.— hablo otro que ya no tenía nada.

—es muy poco.— aviso el hombre que tenía el cofre en las manos.

—necesitamos un poco más de tiempo, talvez hoy no venga.— agrego otro.