Capítulo 7: La lluvia limpia al cerro

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El crepúsculo se levantaba sobre la ciudad.

Los rascacielos en la ciudad lo caracterizaban como el país con más rascacielos del continente. Un lugar de inversiones de todo tipo con un área extensa de ocupación.

El país se enriquecía de la exportación de un material único en el continente, la madera de plata sangrienta. Una madera sumamente rara con una alta resistencia y maleabilidad. En la antigüedad fue usada en escudos y armaduras debido a que se podía fabricar su misma resistencia a menor costo.

Minerales como el oro, cobre, plomo, estaño, etc., son extraídos de minas en diversas partes del país, gases naturales e incluso petróleo. Esto hizo que el desarrollo de las ciudades fuera incrementando a primera mano, los edificios comenzaron a aparecer por todas partes de las ciudades, pero había un problema, los pequeños negocios que se creaban se disolvían al cabo de un solo año de operaciones y no existían este tipo de emprendimiento que hubiese cumplido más de cuatro años en el centro de la ciudad, haciendo que los monopolios de grandes empresas fueran casi infranqueables.

En medio de la ciudad, un hombre se levantaba en furia desde el asiento de su escritorio.

— ¡¡DEJA EL CASO, GUARDIA DE RANGO DOS!!, ¡No has logrado nada en estos pasados tres meses!, ¡Los criminales que han causado disturbios en la ciudad no han hecho más que escurrirse de tus manos!, ¡Has delegado todos los casos importantes a otros agentes y los has dejado!, ¿¡CUAL ES TU EXCUSA!?

Aquel obeso hombre de cabello negro y crespo yacía cabizbajo frente a su jefe, quien estallaba de ira con tan solo verlo.

El mundo realmente era una pequeña canica si la veíamos desde la perspectiva de Juan Rodríguez, había colocado tantos recursos en el tablero para poder moverlos, pero nada de eso le dio los resultados que esperaba. Ahora estaba pagando por la incompetencia de sus acciones, cosa que incluso él mismo se estaba cuestionando.

— No tengo excusas, señor...

Aquel hombre al ver su respuesta se llevó las manos para estirar su rostro intentando calmarse en el proceso.

Un fallo tan grande era realmente malo para su posición y peligraba su ascenso. Controlar efectivos en cada estación les daba un poder limitado, pero con la esperanza de extender sus horizontes con su servicio y logros como en cualquier otro lugar. Ahora estaba dándose cuenta de porqué tantas personas se quedan en su posición sin poder subir, una sola persona no puede llevar una estación adelante y lo estaba experimentando en carne propia.

Suspiró tras sus palabras mientras que una persona entra a la oficina tras haber tocado la puerta.

Una joven mujer de cabello negro y estilo de cabello Nape Bob hace acto de presencia con saludo militar al frente. Su jefe da la vuelta y con dolor le responde.

 Su jefe da la vuelta y con dolor le responde

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— Guardia de rango dos, nivel uno. Adriana Gallaban a sus órdenes.

— Por favor — Dice el hombre arreglando su lacio cabello negro hacia atrás, tras darse cuenta de lo despeinado que ahora estaba — Acabas de ser asignada al caso de homicidio en el callejón. Dime algo relevante que sepas del caso, no importa si ya existe, quiero saber si tienes idea de cómo enfrentar esto.

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