Capítulo 8: Dudar es un lujo

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El peliazabache termina por empacar algunas cosas en una bolsa. Cosas como agua, linternas, palos de madera, ungüentos y un cambio completo de ropa también. En medio de todo esto, la puerta se abre y entra Tamil con una chaqueta negra en el hombro y, como Elián, habiéndose cambiado su uniforme de la Academia.

— ¿No estás herido, o sí? — Pregunta ella con su habitual tono de molestia — No quiero que me retrases allá dentro.

— No necesito que me cuides — Responde el chico cerrando su mochila y mirándola a los ojos — Aunque no tenga don, me las he arreglado desde niño. Si esos malditos quieren volver, incluso sin ustedes yo hubiese pasado al frente.

Tamil no conocía bien a Elián.

Pero bajo su actitud tranquila y despreocupada, siempre había un halo oscuro y misterioso que ocultaba sus verdaderas emociones y pensamientos. Seguramente Abdel, que lo conocía de mucho tiempo antes que ella, conocía esa faceta que ella solo había visto superficialmente en el callejón, pero no estaba segura de que su actitud ahora fuese algo que él aprobara, ya que como era de conocimiento general, Elián era un sin don, alguien sin fuerza. Esto la hacía preguntar, ¿Cómo aquel debilucho había llegado hoy hasta este punto?

— Sí... quizá eso hubiese pasado.

— Vámonos.

Ya estaban listos y al salir del bar con una entraba bajo el edificio, un auto gris con ventanas ahumadas a casi su totalidad, los cuatro se adentran.

— Bien — Comienza la achinada de peliteñido por hablar — El plan es eliminar toda su fuerza a la vez. Tres autos más están de camino a la ubicación, ellos se encargarán del exterior, a la hora indicada nosotros deberemos estar dentro del complejo y tomar de rehén, o eliminar al jefe. Dudar es un lujo y este trabajo no requiere fallas. Una vez que no puedas decidirte, podrías morir o matar a los tuyos. ¿Cero dudas?

El trio acompañante asiente con decisión.

En otra parte, el grupo investigador se encontró ese día con los datos de las víctimas, un cúmulo de documentos estaban apilados en el escritorio de Adriana Gallaban, quien los miraba de reojo y con muchas pinzas, intentando dilucidar el perfil de aquellas personas.

— Guardia de rango dos, nivel tres. Presentándose al deber — Un hombre alto de cabello moreno y lacio con estilo de peinado low fade, hacía acto de presencia frente a su superior.

 Presentándose al deber — Un hombre alto de cabello moreno y lacio con estilo de peinado low fade, hacía acto de presencia frente a su superior

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— Bienvenido de vuelta, Alduin. Qué bien que regresaste justo hoy, que tenemos un caso grande en manos.

Aquel hombre alto llamado Alduin se le acerca al escritorio y observa los documentos recopilados de su superior. Su cabeza explotó cuando se dio cuenta de que todos eran perfiles mínimamente relacionados en el caso y cada uno de ellos estaba siendo memorizados por Adriana.

 Su cabeza explotó cuando se dio cuenta de que todos eran perfiles mínimamente relacionados en el caso y cada uno de ellos estaba siendo memorizados por Adriana

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