Capítulo 45: Aldebarán

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Él se consideraba como un ser perfecto.

Fuerte.

Veloz.

Inteligente.

Temido y alabado.

Nunca había probado el sabor de la derrota desde que despertó su don a temprana edad.

Cuando todos los molestaban y enseñó una pizca de su poder.

Cuando notaba el impacto que causaba su don a las personas de sus alrededores, se propuso ser el más fuerte para que nadie más lo molestara.

Esto desembocó en una tormenta de luchas interminables, odio y más luchas.

Con sus ambiciones volviéndose cada vez más fuertes y ambiguas.

Si deseas un objeto, entonces tómalo.

Si deseas a una persona, entonces tómala.

Si deseas poder, entonces mata a quienes están por encima de ti.

Objetivos claros y tangibles.

Pero cuando deseó el territorio de otros, las luchas no tenían una meta precisa, o más bien, no tenían una clara línea de llegada.

Cuando lo obtuvo todo, el dinero y el poder que tenía en sus manos le abrió los ojos.

Los emperadores del pasado tomaban reinos con el solo mandato de sus palabras. Con solo una mano, enviaban a maestros que luchaban a muerte en su nombre, por la gloria de sus imperios y con las leyendas a sus espaldas.

¿Honor?

¿Gloria?

Que más podía pedir si no fuese eso.

Por eso lo hizo. Su reino solo comenzaba en ese momento.

Cuando comenzaron a conocerlo como "el Invencible", todo se vino abajo.

Niños lo estorbaron, y una de las fuerzas más poderosas del continente lo retuvieron.

Cuando todo estaba yendo bien en su segunda oportunidad, solo pudieron aparecer más y más obstáculos interviniendo en sus metas.

Incluso con la fuerza más aplastante.

No era suficiente.

Incluso ahora, un solo ataque le impidió absolutamente todo.

— Karnan, asesinaste a mi madre y heriste a todos mis amigos. Hugo mató a Nahuel y a Jessica, Flor a Natty... ¿No tienes algo que decir?

Elián había llegado ante Karnan completamente cojo, ensangrentado y sosteniendo su hombro sin brazo a plena vista. Sin perder su mirada fija, llena de ira.

— ¿Esperas... que me... disculpe...? — Dice Karnan con una sonrisa de logro en su rostro mientras escupe sangre a Elián en la ropa — Estúpido... vine aquí... vivir o.... morir. Hoy... perdí...

Elián estuvo a punto de concretar el acto en ese mismo momento, pero se calmó.

¿Esto devolvería la vida de su madre?

¿Le daría una segunda oportunidad a Nathalia?

¿Le devolvería la vida a Jessica, la mejor amiga y casi alma gemela de Naliana, quien se había sumido en la tristeza y la ira?

La respuesta era un rotundo "no".

Pero aún había ira y rencor en su corazón que no podía dejar atrás, y menos, en frente del asesino de su madre.

Así como estaba todo a su alrededor, solo movió su mano sana hacia su brazo faltante y como por arte de magia, se regeneró frente a su peor enemigo.

— Sí, Karnan. Perdiste.

Destello del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora