Él se consideraba como un ser perfecto.
Fuerte.
Veloz.
Inteligente.
Temido y alabado.
Nunca había probado el sabor de la derrota desde que despertó su don a temprana edad.
Cuando todos los molestaban y enseñó una pizca de su poder.
Cuando notaba el impacto que causaba su don a las personas de sus alrededores, se propuso ser el más fuerte para que nadie más lo molestara.
Esto desembocó en una tormenta de luchas interminables, odio y más luchas.
Con sus ambiciones volviéndose cada vez más fuertes y ambiguas.
Si deseas un objeto, entonces tómalo.
Si deseas a una persona, entonces tómala.
Si deseas poder, entonces mata a quienes están por encima de ti.
Objetivos claros y tangibles.
Pero cuando deseó el territorio de otros, las luchas no tenían una meta precisa, o más bien, no tenían una clara línea de llegada.
Cuando lo obtuvo todo, el dinero y el poder que tenía en sus manos le abrió los ojos.
Los emperadores del pasado tomaban reinos con el solo mandato de sus palabras. Con solo una mano, enviaban a maestros que luchaban a muerte en su nombre, por la gloria de sus imperios y con las leyendas a sus espaldas.
¿Honor?
¿Gloria?
Que más podía pedir si no fuese eso.
Por eso lo hizo. Su reino solo comenzaba en ese momento.
Cuando comenzaron a conocerlo como "el Invencible", todo se vino abajo.
Niños lo estorbaron, y una de las fuerzas más poderosas del continente lo retuvieron.
Cuando todo estaba yendo bien en su segunda oportunidad, solo pudieron aparecer más y más obstáculos interviniendo en sus metas.
Incluso con la fuerza más aplastante.
No era suficiente.
Incluso ahora, un solo ataque le impidió absolutamente todo.
— Karnan, asesinaste a mi madre y heriste a todos mis amigos. Hugo mató a Nahuel y a Jessica, Flor a Natty... ¿No tienes algo que decir?
Elián había llegado ante Karnan completamente cojo, ensangrentado y sosteniendo su hombro sin brazo a plena vista. Sin perder su mirada fija, llena de ira.
— ¿Esperas... que me... disculpe...? — Dice Karnan con una sonrisa de logro en su rostro mientras escupe sangre a Elián en la ropa — Estúpido... vine aquí... vivir o.... morir. Hoy... perdí...
Elián estuvo a punto de concretar el acto en ese mismo momento, pero se calmó.
¿Esto devolvería la vida de su madre?
¿Le daría una segunda oportunidad a Nathalia?
¿Le devolvería la vida a Jessica, la mejor amiga y casi alma gemela de Naliana, quien se había sumido en la tristeza y la ira?
La respuesta era un rotundo "no".
Pero aún había ira y rencor en su corazón que no podía dejar atrás, y menos, en frente del asesino de su madre.
Así como estaba todo a su alrededor, solo movió su mano sana hacia su brazo faltante y como por arte de magia, se regeneró frente a su peor enemigo.
— Sí, Karnan. Perdiste.
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Destello del Sol
AcciónEn un mundo lleno de dones, Elián destaca por no tenerlos. Ser alguien "especial" le ha costado ser discriminado y tachado negativamente durante toda su vida, transformando poco a poco su personalidad. Cuando todo iba bien, disfrutando de su vida ju...