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Es Arthur quien se acerca a mí, rodeando sus brazos por mi cuerpo, abrazándome, me atrae hacía su cuerpo y yo le regreso el abrazo, dejando mi cabeza apoyada en su pecho y siento las lágrimas de mis ojos caer por mis mejillas.

—¿He estado bien? —cuestiono segundos después, mirándolo, él me da una bonita sonrisa.

—Has estado jodidamente bien, amor. —dice en un tono de voz bajito, sus dedos limpian mis lágrimas.

—Eso no lo sabe nadie. —le confieso— Solo mis padres y Esmé, ahora tú.

—¿Cuándo fue? —pregunta, y habla con una voz tan bonita que me hace estar calmada.

—Un año, casi. Yo salí de trabajar y, en la esquina, había un tipo borracho, —mi voz se rompe— ni siquiera lo miré.

Arthur me atrae de nuevo, dejando caricias suaves en mi cabello:— Está bien, Rubí. —murmura, sus labios dejando un beso en mi coronilla.

+

Al día siguiente, cuando llego a trabajar, me encuentro con John y Arthur saliendo de la casa de apuestas, discutiendo entre ellos, John se detiene cuando me ve.

—Por el amor de Dios Rubí, —habla, llevando una de sus manos a su cara— haber cuando pasas de prima a cuñada, así esté deja de darme por culo. —me carcajeo, viendo a Arthur fumar.

—Vete a la mierda, John. —dice con desdén, sus ojos se posan en mí— ¿Todo bien? —pregunta y yo asiento con la cabeza.

Después de eso entro en la casa, al ver a Polly una corriente pasa por mi espina dorsal, algo no estaba bien con ella. Entro en mi despacho, dejando mi abrigo en la silla y empezando a ver unos papeles, segundos después Polly entra.

—¿Pasa algo? —cuestiono, viéndola por encima de los papeles.

—¿Has visto a Ada? —niego con la cabeza, ella está a punto de irse pero la llamo.

—Polly, ¿estás bien? —pregunto con cuidado.

—¿Sabes como buscar a una persona sabiendo sólo en que centro de adopción se hospedaba?  —me encojo de hombros, pesando.

—Conocí a alguien que trabajaba en uno. —contesto.

Ella, ahora más interesada, cierra la puerta del despacho, acercándose.

—¿Ese alguien todavía trabaja allí? ¿Puede tener más información de otros centros? —pregunta a lo loco.

—No sé, debería de hablar con ella. —ella asiente, de repente su postura tensa tranquilizandose un poco.

+

Toco la puerta de la casa de Arthur, segundos después esta se abre, dejándome ver a mi hombre. Estoy a punto de sonreír pero mi ojos se percatan de toda la sangre que lleva en sus manos, paso dentro de la casa y él cierra por mí.

—¿Qué...? ¿Qué te ha pasado? —no me preocupo mucho porque sé de vista que esa sangre no es suya.

Alzo mi mirada a sus ojos y me llevo la mano a la cara cuando veo más sangre en su camisa.

—Arthur, —me acerco a él— ¿a quién cojones has matado? —pregunto, mi voz en un murmuro— Joder, ¿por qué?

Le quito el trapo que tiene en la mano para empezar a ser yo quien limpia la sangre de sus manos, él no me responde, se queda esos minutos en silencio, viéndome limpiar sus manos.

—Rubí, esto es lo que realmente soy. —dice, después de que mis ojos vuelven a los suyos— A veces mato a gente jodidamente inocente, a veces no, pero quito vidas como si fuera un puto Dios. —habla, su voz mostrando desprecio— Ahora, que me has visto bien, puedes irte y dejarme si así lo quieres.

Frunzo el ceño, negando con la cabeza, mis manos ahuecan su rostro y dejo unos cuantos besos en sus labios, sus manos ahora en mis caderas.

—Arthur, te quiero. Te quiero aún sabiendo como eres en realidad, yo ya lo sabía, ¿si? —le murmuro encima de los labios, dejo otro beso en sus labios, está vez más largo que los otros— Quiero estar contigo hasta que seamos viejos y grises.

—He matado a Jeremías. —confiesa.

Él acaba de matar a mi jodido violador, él acaba de hacer algo que yo siempre he soñado hacer, él acaba de matar a alguien por mí.

Jeje y Arthur hace lo suyo claramente

Feliz año nuevo por adelantado!!! Espero que os vaya todo perfecto este año y que consigáis todas vuestras metas del año.

Love, M 🧡

Say you won't let go  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora