Capítulo 2 : Dios no me quiere

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- No, no - dijo Hunter, acercándose a él. Agarró sus manos y las movió más arriba de su cabeza - Ahora, inténtalo.

Sunghoon dobló un poco las rodillas y saltó, lanzó el balón e hizo canasta.

- Bien, lo único que estaba mal era el ángulo de tus brazos, deberías practicarlo hasta que te acostumbres - agarró la pelota y caminó hacia el chico nuevamente - Lo estás haciendo bien, Sunghoon, puedo afirmarlo con lo que vi ayer y hoy, y se que mejorarás aún más - le dio unas palmaditas en el hombro y le sonrió.

-Sí...- respondió el rubio, presionando sus labios. Fue un intento de sonreír, pero fue tan decepcionante que hizo reír a Hunter.

- Recuerda venir a entrenar, trata de faltar lo menos posible para poder jugar los partidos importantes y tal vez conseguir una beca en alguna universidad - comenzó a caminar hacia los bancos y se sentó, Sunghoon lo siguió y se paró frente a él - Has jugado baloncesto antes, ¿verdad?

- Sólo como un hobby.

-Ya veo...

Park Hunter, era el capitán del equipo de Baloncesto de la escuela.

Sunghoon lo había conocido apenas el día anterior ya que no iban al mismo salón de clases, ambos ya habían cumplido 17 años, eran un año mayores que el resto de sus compañeros. El tailandés parecía alguien genial, pero Sunghoon pensó que no le gustaría enfrentarse contra él, podría ser problemático.

- El equipo de baloncesto exige mucho, será mejor que cuides tus comidas, ¡Pero tampoco pases hambre, eh! - se rio y le tocó el hombro.

Esa acción hizo que Sunghoon recordara a la chica del día anterior, la capitana del equipo de fútbol femenino.

- Bueno, hoy no hay práctica, así que tu primer día será mañana, puedes usar el gimnasio hoy si quieres practicar solo o algo así - se levantó de su asiento y antes de que pudiera decirle lo que tenía en mente, su vista se dirigió a la gran puerta del gimnasio y vio una figura familiar parada allí.

Parpadeó tratando de concentrarse y finalmente la reconoció: "¡Oh, Saerom!" Saludó alegremente y comenzó a correr hacia ella.

Sunghoon se giró y la vio por un par de segundos.

Comenzó a caminar en su dirección también, pues supuso que tal vez ella quisiera hablar con él. Al acercarse pudo verla mejor, pudo ver su uniforme perfectamente en orden y su cabello peinado en dos largas trenzas.

No tenía ni una sola imperfección. Eso era molesto.

Cuando Sunghoon finalmente los alcanzó, Saerom le dedicó una dulce sonrisa, como les hacía a todos.

- ¿Estás ocupado, Sunghoon? - Ella le preguntó, manteniendo su sonrisa.

- No.

El tailandes arqueó una ceja, curioso. ¿Que estaba pasando...?

- ¿Es Sunghoon el chico que me dijiste que estabas buscando?

-Sí, Sunghoon es mi compañero de estudio - asintió con la cabeza.

Sus manos estaban detrás de ella, mostrando una imagen educada y delicada, pero la verdad era que jugaba ansiosamente con sus dedos ocultos. Cada vez que estaba cerca de Sunghoon se sentía un poco (demasiado) ansiosa.

- Uhm, ya veo...- Hunter dejó salir de sus labios, aunque realmente no entendía nada.

Saerom y Hunter se conocían desde la primaria, cuando él y su familia apenas llegaban a Corea desde Tailandia. Ella también lo había ayudado mucho con sus tareas y con el coreano, por eso él tenía cierto aprecio por ella y la veía como a una hermana pequeña a la que debía proteger.

~𝑺𝒐𝒇𝒕𝒄𝒐𝒓𝒆 || 𝑷𝒂𝒓𝒌 𝑺𝒖𝒏𝒈𝒉𝒐𝒐𝒏 ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora