capítulo 4.

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Me encontraba en el tren camino a Hogwarts, estaba buscando donde sentarme hasta que encontre un lugar vacio, fui sola todo el camino y lo agradecí ya que no era muy buena socializando. Aunque me prometí cambiar eso, después de todo estaria lejos de mi familia y eso me hacia sentir sola, tener amigos no me haria mal.

Una chica un poco mayor que yo se acerco a avisame que estabamos por llegar y que todos los de primer año deberiamos cambiarnos antes de que el tren pare. Cuando se alejo me levante a buscar el baño y asi poder vestirme con el uniforme, este consistia en una falda, una camisa junto con una corbata, zapatos con medias que me llegaban a mitad de la pantorrilla y una tunica negra. Cuando termine camine de nuevo por los pasillos del tren, el cual se estaba deteniendo de a poco, seguí a un grupo de chicos que estaba bajando de este. Al bajar debiamos subirnos a unas lanchas para cruzar el lago y asi poder llegar al castillo.

Cuando llego mi turno era una de las últimas, un hombre totalmente enorme me miró y puso cara de sorpresa, supongo que papá tenia razón todos me conocen, pero yo no conozco a nadie.. el hombre me sonrio y se presentó.

-Hola yo soy Hagrid- estiró su mano en forma de saludo- Tu debes ser Arizbeth Mikaelson, un placer pequeña- yo solo me limite a asentir y tomar su mano o bueno su dedo ya que mis manos eran muy pequeñas.

-Te tocará el lugar conmigo y con ellos- volvio a hablar y señalar a un grupo de niños, uno era pelirrojo de ojos claros, el otro tenia su cabello castaño oscuro con unos ojos celestes muy llamativos los cuales se veian atra vez de sus anteojos y por ultimo una niña con el cabello rizado, fue la unica de los tres que me sonrio- Ellos son Harry- señalo al castaño- Ron- el pelirrojo- y Hermione- Hagrid me ayudó a subirme al pequeño barco y me presento con los chicos- Ella es Arizbeth- ellos solo se limitaron a sonreír.

Fue un viaje corto pero pude conocer varias cosas de ellos, resulta que Harry, se apellidaba Potter y era igual de conocido que yo por sobrevivir a uno de los magos más poderosos, Ron era el sexto de siete hermanos de los cuales 3 seguian en el colegio y luego conocería, Hermione era hija de humanos o de lo que ellos llaman "muggles", al principio lo dijo algo avergonzada pero cuando nadie le dijo nada por eso se calmo.

-Y cuentanos de ti Ari, cual es tu apellido?- pregunto el pelirrojo, lo cual me tenso y me hizo dudar que responder.

-Labonair- respondí, por alguna razón no queria que ellos conocieran mi apellido, mi familia no era muy querida y era algo temida, no queria que ellos me tuvieran miedo. El unico que me miro fue Hagrid algo sorprendido por el apellido que di, aunque no mentía, ese también era mi apellido.

-Que raro no me suena ese apellido del mundo magico- respondio Ron, yo solo sonreí y me quede en silencio en resto del viaje.

A lo lejos se podia ver un enorme castillo, muy hermoso, pero algo tenebroso.

Al llegar en la puerta nos esperaba una mujer con un gorro muy extraño, creí que los gorros de bruja eran solo una broma, queria reír por mis pensamientos pero me contuve. Resulta que los de primero tenian una clase de seremonia en la cual se les otorgaba en que casa iban a estar, supongo que era una clase de equipo o algo asi.

-Buenas noches niños- Hablo la señora- bienvenidos, mi nombre es Minerva Mcgonagall, yo los escoltare al gran comedor para ceremonia donde les asignaran sus casa, las personas con las que les toque serán su familia por todo lo que les queda en Hogwarts- comentó- Las casa son Gryffindor, Revenclaw, Huflepuff y Slytherin-

Vi que alguien se acerco a Harry, un niño rubio platino, detras de el habia dos niños más un poco más altos. El rubio se prensento con Potter como Draco Malfoy, pero por alguna razón a Harry no le agrado o eso pareció, no pude escuchar el porque ya que estaba un poco alejada y habia mucho ruido.

Enseguida aparecio la profesora y nos guió al comedor, al entrar todos nos miraban. Caminamos hasta el frente en el cual habia un sombrero que hablaba, se supone que el nos asignaria las casas. Mcgonagall llamo uno por uno a los alumos, por su nombre y apellido, fue cuando me asuste porque todos sabrian mi apellido, solo pensaba en que tal vez no todos me conocian aquí, trataba de hacerme la cabeza de eso.

-Ronal Weasley- llamo la profesora. El nombrado se sento en la silla y le colocaron el sombrero, apenas toco su cabeza y grito.

-Gryffindor!- toda su mesa aplaudia. Se podían apreciar muchas cabelleras rojas, por lo cual deduje que allí estaban sus hermanos.
Llamaron a Harry y Hermione, ambos quedaron el gryffindor junto a su amigo.

-Draco Malfoy- nombraron. El sombrero no llego a tocar su cabeza que automaticamente dijo.

-Slytherin!.

-Arizbeth Aradia Mikaelson- escuche mi nombre completo y simplemente no podia moverme, se empezaron a escuchar susurros por todo el comedor lo cual me asusto más.

-Soy una Mikaelson, nada nos asusta, nosotros asustamos- repetía una y otra vez en mi cabeza para tener el valor de acercarme a la silla.
Ni bien me sente, mire a la mesa de Gryffindor y vi como me miran aquellos tres niños a los cuales les oculte mi otro apellido e hice una mueca de disculpa.
Me colocaron el sombrero y este comenzo a decir.

-Oh la pequeña trihíbrida Mikaelson, pero que sorpresa- dijo, yo solo rezaba que eso lo escuchara solo yo- veamos.. vienes de una familia de villanos, hay mucho dolor en tu corazón y rencor, por lo que veo tienes la cualidad de todas las casas- lo unico que pense fue rencor? Por que? Por mi padre? Tal vez..- Slytherin!!- grito finalmente.

Volví a mirar a la mesa de las personas que pense que podrian llegar a ser mis amigos y solo veia decepción.
Me sente en donde me correspondia, todos me miraban y algunos susurraban, eso me incomodaba mucho, iba a hablar cuando alguien lo hizo por mi.

-Cierren la boca y dejen de molestarla- grito un niño de cabello negro rizado y ojos negros, debia ser como un año mayor que yo- Porque si es verdad lo que dicen de ella, seguro los mataria en cuestión de segundos- eso último lo dijo con malicia y me parecio que estuvo demás, sino le hubiera dado las gracias.

-También deberias callarte, no sea cosa que termines de la misma manera- respondi lo más cortante que pude. No solia ser asi, pero si tenia que hacer que me respeten, lo haría.

Todos se callaron y se limitaron a comer.
Podia sentir que alguien me observaba, pero di vuelta y vi a una niña de cabello oscuro y ojos verdes mirandome, cuando se dio cuenta que yo también la miraba, me sonrio de una manera sincera o eso creía.
Al terminar de comer el encargado de la casa, nos llevó a los dormitorios, estos quedaban en una sala, cada casa tenia una propia, la nuestras quedaba debajo del un rio negro un lugar extraño para que duerman niños, la sala estaba decorada de verde, negro y plateado, era muy linda a decir verdad y con poca luz, como tanto me gustaba.

Yo solo esperaba dormir sola, no tenia ganas de estar con alguien más. Pero para mi mala suerte, me toco una habitación compartida. Mi compañera, era aquella niña de ojos verdes que habia visto antes, pero no le di importancia, solo me limite a abrir mi valija y empezar a sacar mi pijama.

-Hola..- hablo la niña con voz timida- Soy Pansy, Pansy Parkinson- me miro con un sonrisa esperando mi respuesta.

-Am hola, mi nombre es Ari, Mikaelson, pero seguro ya lo sabes- conteste, diciendo lo ultimo en un susurro.

-Oh claro, se quien eres, mis padres siempre me contaban tu historia antes de dormir- dijo avergonzada y riendo- es estúpido que todo el mundo se quede solo con la leyenda que eres y nadie te conozca antes de hablar- término diciendo amablemente.

-Gracias- mencioné sonriendo. Luego me metia al baño a cambiarme para por fin poder dormir, fue un dia muy largo para mi gusto.

Arizbeth Mikaelson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora