Schumacher

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-"¡Deja de llorar y párate! Me importa una mierda si estás cansada. ¿Acaso crees que mi tiempo no vale, que no te importa todo el dinero que he invertido en ti? ¿Tus trajes, tu equipamiento? ¡Tú me debes todo, y debes agradecerme, Georgina! Así que deja de llorar y párate de una maldita vez", me dijo mi papá un lunes a las 4:30 am, dispuesto a llevarme al karting para practicar.

Tenía tan solo 6 años cuando mi padre me obligó a sumergirme en este mundo de carreras, motores y alta velocidad. Él me llevaba a kartings, go-karts y a cualquier pista donde hubiera un carrito de competencia.

Ser la hija del 7 veces campeón del mundo era increíble en cierta parte; solo pensar que tu papá es un ícono, alguien aclamado, admirado y respetado, resultaba casi envidiable. Sin embargo, esta situación también me trajo "problemas". Comencemos con el hecho de ser hija única de un matrimonio donde mi madre casi muere al darme a luz. Los médicos le advirtieron que ya no podía quedar embarazada, ya que eso podría traerle serios problemas e incluso la muerte, algo que incomodaba profundamente a mi padre. Después de dos abortos espontáneos que mi madre había experimentado antes de que yo naciera, no era seguro arriesgarla a tener otro hijo después de mí.

Mi padre siempre anheló tener un hijo varón, alguien a quien dejarle su legado como piloto. Sin embargo, al nacer yo, una niña, esta realidad no le agradó en absoluto. Llevándolo a una especie de "obsesión y locura", tratando de exprimir lo mejor de mí, explotándome y, en ocasiones, haciéndome llorar.

-"Si te grito es porque te amo", repetía mi padre cada vez que llegábamos a casa después de que yo perdiera una carrera o alguna práctica. -"Soy tu padre y merezco que me enorgullezcas"- eran palabras que resonaban en mi mente desde tan corta edad.

-"Te he dado todo y más, como mínimo debes hacer lo que yo te pida"- sé que me ama, porque quien te ama desea lo mejor para ti, ¿no? Nunca he comprendido bien el significado de "amar". ¿Acaso amar implica lastimar u ofender?


Dejé la escuela a la temprana edad de 8 años, completando mi primaria de manera virtual, ya que mi tiempo se dedicaba por completo a las prácticas, el mantenimiento del go-kart, el ejercicio y cualquier otra tarea que mi padre considerara necesaria. Mi madre no siempre estuvo de acuerdo con la forma en que mi padre era conmigo. En lugar de verlo como un padre, lo veía como un jefe, la autoridad, casi como un dueño que invertía en mí, a veces hasta yo me consideraba como un accesorio que él presumía ante todos.

En mis años de karting, alrededor de los 7 años, logré ganar durante 4 años consecutivos, un logro que complació mucho a mi padre. Ocupar el primer puesto y superar a compañeros de la talla de Charles, Max y Pierre era lo que más le entusiasmaba a mi papá. Esta situación alimentaba una especie de rivalidad y enemistad con Jos Verstappen, en particular. Rivalidad que considero yo, por quien traumaba más a su hijo.

A pesar de esta rivalidad entre nuestros padres, Max y yo éramos buenos amigos en aquellos días. No recuerdo cuándo pasamos de ser dulces niños que reían y disfrutaban sin preocuparse por ganar, a convertirnos en rivales. La presión de nuestros padres por la victoria transformó nuestra amistad en una enemistad, generando una dinámica competitiva entre nosotros.

¿Cómo podría olvidar a Charles, aquel dulce niño de hermosos ojos verdes que se sentó a mi lado después de perder una carrera? recuerdo que había quedado en quinto lugar, lo que me llevó a derramar lágrimas al sentir que había decepcionado a mi padre. Nuevamente mi cabeza recordaba el sermón que mi padre me daría al llegar a casa: "¿Ves lo que hiciste?, ¿estás feliz?, ¿para eso te entreno?, ¿no puedes hacer las cosas a la perfección por una jodida vez en tu vida?".

Fue en ese momento cuando Charles se sentó a mi lado, me abrazó y me reconfortó con palabras amables: -"No te preocupes, a todos nos pasa"-. Sorprendentemente, él también había tenido un resultado menos favorable, quedando séptimo. Aquella ocasión marcó la última vez que lo vi.

I'm Georgina SchumacherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora