Respire hondo, sintiendo cómo mi paciencia se agotaba. Me enderece en la silla, mirando a los reporteros con una mezcla de exasperación y una pizca de arrogancia.
—¿Realmente tenemos que seguir con esta situación tan...absurda? —Mi tono cargado de un aire casi molesto—. Tengo dos campeonatos mundiales, debería estar aquí para hablar de mi rendimiento y mi carrera. No tener que justificar con quién comparto mi vida personal es, honestamente, ridículo. ¿De verdad piensan que este es el tema que debería preocuparnos en este momento?
Los periodistas se miraron entre sí, sorprendidos. Justo en ese momento, la puerta de la sala de prensa se abrió de golpe, y Max entró con determinación, su mirada atravesando a todos los presentes como una advertencia. Al instante, las cámaras comenzaron a disparar, capturando cada segundo de su repentina aparición.
Max no perdió tiempo y, con voz fuerte y decidida, declaró:
—Esta maldita rueda de prensa ha terminado.
Antes de que alguien pudiera protestar, Max se acercó, tomándome de la mano para levantarme de mi asiento. Estaba sorprendida pero en el fondo agradecida, lo seguí mientras él me guiaba fuera de la sala, ignorando por completo el alboroto de los reporteros que nos rodeaban, llamándonos y disparando más preguntas.
Matt, miró la escena atónito, sin entender qué acababa de suceder, y salió tras de nosotros rápidamente. Los reporteros quedaron en un estado de confusión total, murmurando entre sí, algunos todavía tomando fotos, mientras intentaban procesar la inesperada conclusión de la rueda de prensa.
Finalmente nos alejamos del caos de la sala de prensa. Max aún sostenía mi mano, con la misma fuerza con la que había irrumpido en la rueda de prensa y puesto un abrupto final a todo.
Apenas pude reunir mis pensamientos cuando las palabras salieron, casi sin pensar.
—¿Por qué...por qué hiciste eso, Max? —pregunté, buscando en su expresión alguna explicación que lo justificara. Pero él...él simplemente me había sacado de ahí como si nada.
Max se detuvo, aún sin soltar mi mano, y me miró, su rostro más serio de lo que nunca lo había visto.
—¿En serio vas a preguntarme eso? —replicó, su voz profunda, llena de un cansancio. Sus ojos buscaban los míos.
—¿De verdad crees que iba a quedar como si nada, viendo cómo esos idiotas te atacaban, te reducían a un chisme absurdo? Georgina, eres mucho más que todo eso, y no pienso dejar que te destrocen de esa manera. No otra vez.
No pude evitar quedarme en silencio. sus palabras me tomaron por sorpresa, como si, por un momento, todo ese orgullo y esa frustración que llevaba dentro se hubieran derrumbado solo para mostrarme cuánto le importaba. Era... desgarrador, en cierto sentido.
Antes de que pudiera procesar completamente las palabras de Max, escuché pasos rápidos detrás de nosotros. Matt apareció, su rostro mostraba una mezcla de molestia y desconcierto. Sus ojos se fijaron primero en Max y luego en mí, tratando de entender qué había pasado realmente.
—¿Qué demonios fue eso? —espetó Matt, claramente molesto mientras cruzaba los brazos, intentando mantener la compostura—. Max, acabas de tirar a la basura el control de daños que habíamos planeado. Esa rueda de prensa era importante. Ahora la situación está peor que antes.
Max soltó mi mano, girándose hacia Matt con una expresión desafiante.
—¿Importante? —respondió, con un tono duro y mordaz—. ¿Te parece importante dejar que esos reporteros se burlen de ella y cuestionen su carrera como si fuera un simple chisme? No voy a permitir que la sigan tratando así, como si sus logros no importaran.
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I'm Georgina Schumacher
RomansaGeorgina Schumacher lleva encima el peso de ser la hija de uno de los pilotos más aclamado en el mundo de la F1. Su nombre resuena cada que se habla de velocidad y su himno cada fin de semana. ★・・・・・・★ -Si no compites para ganar, ¿entonces para que...