Después de aquel difícil encuentro con mi padre, me encontré sola en la tina del baño, abrazando mis rodillas y fijando la mirada en la pequeña barra de jabón frente a mí. Solo estábamos la barra de jabón y yo.
Mi rostro aún dolía, y era probable que quedara una marca. Aún no me acostumbro a los maltratos de mi padre, y cada golpe deja una sensación de dolor que cuestiona mi fortaleza. Aunque no me reprochó directamente por el pésimo resultado en la carrera, sé que lo he decepcionado. Y es entonces cuando me culpo por no alcanzar sus expectativas o por no ser la mejor para él.
Me pregunto, ¿seré yo el problema? A pesar de contar con los mejores entrenadores y recursos, y de cumplir con todo lo que se me exige, ¿será posible que el problema sea yo?
<Soy el problema>
Al salir de la tina, me tumbé en la cama, contemplando las llamadas perdidas de Max y los mensajes de Pierre, preguntando si saldría con ellos esta noche o si preferiría quedarme en la habitación. Sin duda, elegí la segunda opción.
Me había colocado algo cómodo, apagué las luces y antes de acostarme en la cama tocaron la puerta, por un momento preferí no abrir, pero lo hice, al otro lado estaba Pierre.
—Geor, hola qué bueno verte!— este se sorprendió al verme —vaya, te ves...—
—¿Mal?, sí...estoy mal—
—No, de hecho iba a decir... ah, este... bueno iba a decir que te ves muy cansada—
—No te preocupes. ¿Qué ocurre?—
—Venía a buscarte para salir, más bien. Max me pidió que viniera por ti. ¿Están peleados o algo?
—No. No lo estamos, estaba justo por llamarlo—
<De hecho no lo iba a hacer, pero ahora que lo menciono debería hacerlo>
—Comprendo. Este... mira, ¿quieres salir con nosotros? Puede que eso te cambie la actitud—
<Realmente me gustaría, pero siento que no estoy en mi mejor momento>
—me siento muy cansada...quiero quedarme a ver películas, ya sabes tiempo para mi—
Pierre se sorprendió al escuchar lo que dije, como si fuera algo raro en mí sentirme cansada o querer un momento a solas conmigo misma.
—¿Pasa algo?— levanté la ceja y me recosté sobre la puerta, la cual estaba medio abierta.
—Sí... es que es muy extraño escuchar esas palabras salir de tu boca. No es muy usual que las uses.
—No tendría por qué ser "extraño", tomando en cuenta que soy un ser humano y tengo mis límites.
—Buen punto— Pierre se rascó la cabeza con vergüenza.
—¿Quieres pasar? Créeme que no tengo muchas ganas de salir ahora mismo. Si prefieres puedes irte, yo luego le explico a Max por qué no quise salir.
—No te preocupes, entiendo. Pero sí, quiero pasar.
Abrí la puerta y me asomé asegurándome de que nadie estuviera cerca y Pierre pudiera entrar.
—¿Qué le dirás a Max?— pregunté cerrando la puerta detrás de nosotros.
—Voy a escribirle que estaré aquí contigo, si quieres le aviso para que venga.
—¡NO!— grité en un tono medio alto haciendo que Pierre apagara su celular.
—Ok... está bien...
—Perdón, no debí gritarte, solo que... mi padre... y Max, bueno... prefiero que no venga, él entenderá.
—¿Pasa algo con tu padre y Max?— Pierre se sentó de un lado de la cama —Vaya, tu habitación huele a problemas... sin ofender.
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I'm Georgina Schumacher
RomanceGeorgina Schumacher lleva encima el peso de ser la hija de uno de los pilotos más aclamado en el mundo de la F1. Su nombre resuena cada que se habla de velocidad y su himno cada fin de semana. ★・・・・・・★ -Si no compites para ganar, ¿entonces para que...