Como había mencionado antes, Max me llevó a un lugar encantador: un lago bajo la hermosa noche. Al bajar del auto, me recibió con flores y me guió hacia una mesa preparada para dos. Todo era hermoso y perfecto; Max estaba realmente loco. ¿Cómo había planeado todo esto?
era un ramo de flores. ¿Hortensias? ¿Cómo sabía que eran mis favoritas? Entre nervios y alegría, no pude evitar admirar su sonrisa; se veía increíblemente guapo.
-Max, ¿cómo encontraste el momento para planear todo esto?-
-No es necesario entrar en detalles sobre cómo lo hice, cariño. Es mejor disfrutar lo que ya está hecho, ¿no crees?-
Max retiró la silla para que me sentara, siempre tan caballeroso. Luego, se sentó frente a mí y con un par de palmadas, un mesero se acercó para servirnos vino y colocar una hielera. Nos atendió y luego nos dejó solos.
-¿Lo ves? Es hermoso, todo esto es hermoso... y más aún porque tú estás aquí. Mírate... estás radiante, tan imponente-, me dijo Max.
-Vaya... jaja, no sé qué decirte. Estoy tan sorprendida por todo esto. Solo quiero besarte ahora mismo, pero siento que arruinaría el momento.-
Nunca he sabido cómo expresarme, cómo mostrar mis sentimientos. Siempre me ha resultado tan difícil y desearía que no fuera así, aunque no me molesta del todo; al guardarme, evito mostrar debilidad. Pero... espera, ¿Max me hace sentir bien? ¿Max realmente me hace sentir bien? Oh, cielos...
Solo en contadas ocasiones me he abierto de verdad, y siempre ha sido con Charles... quien prometió guardar silencio al respecto. Pero ahora no es él quien ocupa mis pensamientos. Con Max, es como si mi corazón quisiera escapar de mi pecho, perderse con él en un vasto campo de ¿flores? Estoy tan...
—¿Nina? ¿Estás bien? Llevo seis minutos hablándote —Max me miró con una sonrisa suave.
—Eh... sí, sí. Estoy bien, cariño, solo me perdí en mis pensamientos, eso es todo, lo siento.
—Tranquila, mejor ven aquí. Quiero mostrarte algo.
Max se levantó de la silla y yo lo seguí con la mirada. Se acercó, tomó mi mano con delicadeza y me ayudó a levantarme para seguirlo. Nos dirigimos a una pequeña plataforma de madera rodeada de velas, un escenario tremendamente romántico, digno de esas típicas películas adolescentes llenas de clichés
-Quiero hacer esto contigo y quiero que sea especial, ¿está bien?- Max se detuvo frente a mí, bajando su mirada un instante antes de tomar mi mentón, obligándome a mirarlo. Su mano se deslizó detrás de mi cintura, como si estuviéramos a punto de bailar. Tengo dos pies izquierdos y no quiero hacer el ridículo.
-Mirame. Quiero que lo intentes por el tiempo que dure esta canción, ¿puedes?- Su voz era suave pero firme.
-Max... yo no sé hacerlo...- murmuré, avergonzada.
-Yo tampoco sé, ¿por qué crees que soy piloto y no bailarín?- Se rió con ganas. -Solo sígueme y no te preocupes por caernos al agua, traje ropa limpia para ambos.-
Sí, definitivamente él lo tenía todo preparado.
-Me sorprendes, ¿con qué más me saldrás?- le dije, mientras lo miraba fijamente. Él tenía los ojos brillantes y sus mejillas estaban teñidas de un suave rosa.
-Te doy permiso de pisarme los pies,- dijo con una sonrisa.
-¿Qué?- solté una carcajada ante su comentario.
Y justo en ese momento, la música comenzó a sonar, "Thinking Out Loud" de Ed Sheeran llenaba el ambiente.
Max es definitivamente un romántico empedernido
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I'm Georgina Schumacher
RomansaGeorgina Schumacher lleva encima el peso de ser la hija de uno de los pilotos más aclamado en el mundo de la F1. Su nombre resuena cada que se habla de velocidad y su himno cada fin de semana. ★・・・・・・★ -Si no compites para ganar, ¿entonces para que...