41- Confesión

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Empezaba a despertarme y sentía la suavidad de las sábanas y un rico aroma, estaba durmiendo tan bien que no quería levantarme. Hacía siglos que no dormía tan cómoda, cálida, protegida, pero otro pensamiento paso por mi cabeza.

"¿Los muertos disfrutan de esas cosas?"

Parpadeé y vi que estaba en una inmensa cama.

_ ¿Reencarne? _ que sea en una cantante pop, pensé de inmediato mientras me levantaba, definitivamente ya no quería mágia ni mundos tan divididos por razas. Aunque no podía quejarme, prefería ese mundo, porque era mi mundo y mi familia estaba en él.

Sonreí al ver la habitación que era hermosa y tenía  el estilo del castillo aunque era más lujosa que la anterior, estaba feliz de haber vuelto al castillo, quería estar con mi familia y molestar al rey... ¿el rey?

Volvía a ser una mujer bestia, podía sentir el cambio en mi cuerpo, pero mis preocupaciones también regresaron al ser conciente de todo.

_ !¿Su majestad?! _

Trate de salir de la cama como pude y mi cuerpo estaba completamente sano, así que podía salir a buscarlo, pude ver qué Erika ingresaba a la habitación, al verme se acercó rápidamente en mi dirección y me abrazo.

_ Señorita, que bueno que haya despertado _

_ Erika, ¿su majestad?_

_ Despierta y pregunta por él, que linda _ dijo mientras me soltaba. ¿Linda? Si yo estoy viva él debe estar muerto, ¿por qué estás tan contenta? _ La cambiaré y podrá ir a ver a su majestad de inmediato, él también quiere verla _

¿Estaba vivo?, que alegría, pero quizás uso su energía vital y no pude hacer nada, no quería verlo sobre su cama muriendo tampoco, pero aunque quisiera verme para retarme o castigarme estaba bien. Entristecí porque era mi culpa nuevamente, en la historia y ahora de regreso a la realidad... nada cambio al final.

_ Lo siento, tengo que verlo de inmediato _ me disculpé y salí corriendo hacia la habitación del rey.

Quería verlo y sentía que de nuevo moriría por mi culpa, no me importó correr por los pasillos con camisón blanco, aunque fue extraño ver a los sirvientes sonreían mientras en mi camino y hacerse a un lado, todo el mundo estaba actuando extraño, incluso cuando llegué al cuarto del rey el hombre en la puerta se hizo a un lado para que entrara. En ese punto estaba caminando sin entender las sonrisas y la felicidad en el rostro de las personas mientras ingresaba a la habitación del rey, sinceramente creí que lucharía de nuevopara que me dejarán verlo.

Ingresé y busque al rey con la mirada, estaba sobre la cama como imaginé, pero diferente a lo que imaginaba. Parecía tranquilo leyendo un libro entre sus manos y pude ver qué era mi diario, se lo veía completamente bien y jodidamente sexy en esa pose de costado apoyando mi diario en la cama, mientras usaba otro de esas batas elegantes al cuerpo.

_ El rey no dejo que mi proyecto se apruebe según las respuestas de las cartas. Quisiera que me haga caso si es por su bien todo esto también, le falta una correa _

_..._

¡Lo descifró! Y estaba leyendo mis insultos y ¿por que justo tenía que leer ese?. Levantó la vista del cuaderno claramente molestó así que eso me preocupó.

_ Lo siento su majestad, solo quería saber ¿cómo estaba?_ dije retrocediendo un paso e intentando salir sigilosamente hacia atrás.Cuando me regresé las puertas se cerraron detrás de mí dejándome dentro de la habitación con el rey, eran unos traidores esos soldados.

El rey dejó el libro a un lado y se levantó para venir a mi dirección, ahora entendía esas sonrisas amables y alegres en los demás, al fin matarían a la traidora.

_ Su... majestad _ balbucie _ quizás exageré, se que lo hice... quiero decir _ No quería darme vuelta, definitivamente me llevaría al infierno con él.

_ Quédate Ailín _ dijo suavemente a mis espaldas

Me regresé y miré sobre mi hombro, no parecía molestó realmente, su mirada era como su voz se escuchaba, amable y dulce.

_ ¿Cómo te sientes?, parece que no has dejado que el médico te revise, ni que las sirvientas te vistan _

Claramente me levanté y vine a verlo, me sentía un poco ansiosa, a él no le importaba como vistiera antes, pero ahora podía verlo que le importaba lo que llevaba puesto.

_ Estaba preocupada, creí que por mi culpa, usted... moriría_ dije recordando que estaba muriendo porque decidió entregarme su tiempo de vida seguramente, lo observé con más detalle.

No se veía mal, se veía como alguien sano e incluso sin saber del todo el porque sentía que todo estaba bien, o quizás eso era lo que quería escuchar, mis orejas descendieron. Volvía a ser la Ailín de la historia, la mujer egoísta y caprichosa que solo hacía las cosas por su propia codicia, incluso el color de mi cabello había regresado, mi camino en la historia y seguramente mi final.

_ La maldición _ murmuré. Tenía que decirle que había mentido para que Leonel lo salvara y disculparme por lo menos por haberle fallado, por ponerlo en peligro al igual que a los demás, por no pensar mejor las cosas.

_ Me mentiste _

Lo se. Quizás todos los años que estube con Leonel me ayudaron a saber que el rey era su prioridad, después de todo fué el motivo por el qué siempre lucho, siempre fuí advertida y entiendo si me culpa porque el rey este enfermo ahora, esa era su mirada entre esos recuerdos, una mirada llena de angustia y tristeza porque fuí la culpable de que hubiera perdido a su hermano mayor.

_ Dijiste que un año la maldición se rompería, pero no es cierto _

_ Lo siento, su majestad _ dije bajando las orejas.

_ ¿Vas a cumplir tu palabra?. ¿Vas a casarte conmigo?_

Ya no estaba tan triste, solo avergonzada recordando lo obscena que fui con Gabriel para que me dejarán ir a la cueva. Ya estaba moviendo la cola por los nervios, al final levante la mirada preocupada.

¿Quiere casarse con una persona que le miente?, ¿no debería ir a presión por eso o qué había de la princesa de Melantia?, no dejaron en claro que era para concubina, pero en el fondo sentí un pequeño cosquilleo, no quería verlo con otra mujer, el rey me gustaba y era extraño admitirlo, era extraño tener esos sentimientos hacía él, ¿en qué momento me empezó a gustar si me esforzaba por molestarlo todo el tiempo?, nunca me esforcé por coquetear con él, nada era normal.

Estoy enamorada del rey y él morira por haberme salvado, si nos quedaba poco tiempo quería quedarme a su lado, pero también era difícil porque empezaba a sentirme culpable.

Quizás debería ser sincera.

_ Soy una mujer gato, se que no es la mejor raza, pero si se casa conmigo no quiero compartirlo con otras mujeres. Además tampoco podría ceder los territorios neutrales solo para los hombres bestias por casarme con usted su majestad _

No iba a aceptar regalar o amoldarme a nada solo por quedarme con él, por mis errores. Ya estaba moviendo mi cola por los nervios esperando su mirada llena de disgusto o que volviera a sujetarse el pecho, pero lo único que ví es que el también estaba moviendo la cola sutilmente y eso me tomó por sorpresa, los gatos lo hacen por nervios pero los caninos es por emoción o felicidad.

_ ... _ ¿no me odia?

De su cola pase a su rostro y el parecía serio.

_ Si esas son tus condiciones, entonces procederemos con el matrimonio _

¡Qué!

_ ¿Qué hay de lo más importante?, sus ... _

_ ¿Mis sentimientos? _ terminó la frase y era la escusa que siempre colocaba _ Me gustas _

No correspondida ni como villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora