25- Victoria

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Está vez tenía un libro de maldiciones en mi mano, después de todo podía ingresar a la biblioteca privada del rey y había bastante sobre maldiciones entre los estantes lo que me hizo pensar que debería hablar con el rey sobre algunas dudas que tenía, aún así, tome un libro que llamó mi atención y se llamaba "Aplicación de sellos básicos de maldiciones"

Cuando una persona adquiere habilidades mágicas se considera una bendición que ofrece y otorga la Diosa, pero nadie sabe como elige a sus hijos, después de todo un mago podía aparecer entre magos o incluso personas si mágia pero nunca en un hijo de la Luna, las maldiciones eran creadas por magos o incluso hombres bestias que podían manipular la mágia. Un conocimiento antiguo que se fué perdiendo con el tiempo al igual que los sangre pura entre los hombres bestias que eran los únicos que podían manipular la mágia tambié.

Un hombre bestia con la capacidad de tomar forma animal y humana a través de la mágia, era algo que los acercaba a los Dioses pero la mágia oscura los alejaba de ellos y dentro de eso se encontraban las maldiciones, era ir en contra de los Dioses, sus deseos y bendiciones.

_ Si la bendición de la mágia se adhiere al cuerpo de un humano cuando son niños supongo que es lo mismo que una maldición, solo que una persona elige en quien aplicarla y al igual que la bendición parece que no tiene nada que ver con la presencia del cuerpo físico de quien la coloca por lo que no es suficiente para destruirlo.
Tiene más lógica de esa forma, incluso un mago no puede deshacerse de su mágia y nadie puede quitársela pero se dice que se debilita cuando se va en contra de los deseos de la Diosa _ estaba comparando dos cosas que para muchos no tendrían nada que ver pero habían muchas similitudes realmente _ y la maldición se rompe cumpliendo uno de sus deseos, parece que tiene que ver con la Diosa del Sol no el dios de la Luna, es ella quien tiene que ver con el amor_ Quizás un libro sobre la diosa me acercaría a algo, me estaba por regresar para buscar sobre la Diosa y ví al rey parado no muy lejos, parecía que había escuchando mi teoría en silencio.
Aún así no estaba opinando o diciendo nada serio al respecto.

El atardecer parecía darle un hermoso brillo dorado a su cabello, casi pintandolo de un dorado  pálido y sus ojos parecían oro, todo en él parecía cálido y distante.
Quizás en este mundo tampoco se mencionaba la existencia de los angeles pero él parecía uno aunque tuviera orejas y cola.

Su mirada se regresó en mi dirección y ese hermoso brillo paso por sus ojos.

_ ¿Le molesta que esté tratando de averiguar sobre la maldición?_

_... un poco_

Lo sabía, sus ojos brillan cuando está molesto, si fuera que el disgusto rompiera la maldición yo ya habría ganado ese reconocimiento hace mucho.
Y si fuera que el amor de una mujer hacía estos hermanos rompiera la maldición entonces no habría durado ni un segundo en sus cuerpos esa maldición.

Nunca solía llevar ropa acordé a un rey más bien siempre llevaba esas batas elegantes con un poco más o menos de ropa. Leonel era de llevar kimonos oscuros, parecían que sus estilos tampoco eran muy diferentes, quizás tiene algo que ver con la vestimenta de hace 300 años, tenía que volver a concentrarme.

_ ¿Prefiere que deje de investigar?_ pregunte.

_ Está bien si me ayudas, pero recuerda que no puedes sacar los libros de este lugar _

Esas palabras me sorprendieron un poco, hasta fueron agradables, solo asentí.
Se acercó en mi dirección, pero sentí que había dicho algo aunque no me pareció estar segura.

_ Es por Leonel _ murmuró.

¿Que con esa aclaración?, siento que trata de trazar un límite que me molesta, ¿no podemos ser amigos o llevarnos bien?, quería unas tijeras para cortar esa frase.

No correspondida ni como villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora