-Capítulo 1: Cambios

86 6 3
                                    

CATO:
Crecer nunca ha sido fácil, menos cuando eres un adolescente de metro ochenta, con problemas de conducta.
Desde que tengo uso de la razón mi única meta ha sido quedar como tributo para los juegos del hambre y si no es por las buenas será por las malas, ósea voluntariado. Te preguntaras, "¿y qué tiene que ver todo esto con que estés aquí narrándonos tu vida?" Pues hoy me cambiaron a otro centro de entrenamiento, a uno a mi parecer.. bueno.. cómo lo explico, mejor empecemos desde el comienzo.

Mi nombre es Cato Hadley, soy del distrito 2, ajá el distrito de la cantería y la albañilería. La mayoría de los agentes de la paz provienen de aquí, y también todos los tributos profesionales... o gran parte de ellos (no tienen que decirme lo buenos que somos, es talento natural). En el distrito 2 contamos con diversos centros de entrenamiento para adolescentes como yo, para que entrenen y estén listos a la hora de pisar la arena de los juegos.

Digamos que por mi ubicación me tocó el centro más cercano a mi casa, centro en el cual entré a la edad de 11 años, mi padres decidieron que sería mejor empezar un año antes, ya que contaba con el físico suficiente para poder hacerlo.
Actualmente tengo 16, y creo que se nota que hoy no fue mi día.

Empezamos el día con una típica pelea con mi madre, ella dijo que estaba aburrida de mis ataques de rabia cada vez que las cosas no me salian como yo quería, que tendría que aprender a ser mas simpático o me quedaría solo, que tenía que controlarme, blah, blah..

Para colmo al llegar al centro, el estúpido de Tory RoseWood se le ocurre tirarme una botella de agua, lo cual un día normal me hubiera podido causar gracia y lo máximo que hubiera hecho sería perseguirlo por todo el centro y meter su cabeza a un inodoro. Bueno, no fue así, los nervios me ganaron y terminé rompiéndole la nariz a Tory.

Todo el resto de mis compañeros miraban impactados el río de sangre que brotaba por su nariz.

—Tory, déjame ayudarte —trate de decir pero sus amigos se interpusieron en mi camino.
Una vez más había arruinado todo.

—Cato, Cato...Cato Hadley, es una pena que a pesar de las advertencias que te hemos dado sigan pasado este tipo de incidentes..—dijo el Sr.Wormsmith, después de tomar un trago de su vaso con un contenido poco distinguible, abrió la boca para seguir con su sermón— te hemos dado muchísimas oportunidades y solo nos decepcionas más, no puedo tener este tipo de actitudes en mi centro, los padres de RoseWood quieren presentar una demanda al centro si no te saco de aquí hoy día mismo.—dijo Wormsmith.

Me quede mirándolo fijo, esperando que me de esperanza, ¿qué se supone que haré si no puedo entrenar? llegaré a la arena y me destrozaran cómo a los tributos del 12 y del 11 todos los años

—¿Así que me está expulsando? —Pregunté con voz firme.

—Mira Cato, sabes perfectamente que no puedo ir contra el capitolio, tú más que nadie sabes lo que podrían llegar a hacerme..—Juraría que vi una chispa de terror y puro pánico en los ojos de Wormsmith, cómo si temiera en que el capitolio pudiera hacerle daño

Me levante de la silla y camine hacia la puerta, justo cuando estaba a punto de salir Wormsmith abrió la boca de nuevo.

—Cato, no te preocupes por tus padres, ya están al tanto de la situación y están dispuestos a pagar el otro centro en cuanto te acepten. —Dijo y luego me dedico su mejor sonrisa de labios apretados.

"—otro centro?, de que está hablando?" —pensé
Resulta que en el distrito 2 hay más de un lugar para gente interesada en entrenar y por suerte mía mis oportunidades como profesional aún no acababan.

Lo bueno de todo esto es que me aceptaron en el centro, al día siguiente iria a dar una especie de prueba para ver si era tan bueno como dicen y conocería a mis compañeros de grupo, los grupos al igual que en mi anterior centro se dividen en edades. El primer grupo es de los pequeños de la casa, ósea las familias que deciden meter a sus hijos un poco antes, normalmente a la edad de 10 o 11, pero siempre habrán niños de 9 o hasta de 8, después va el segundo grupo que es de 12 a 14 y finalmente el grupo más grande que es de 15 a 17, donde estaría yo.
Lo malo de esto es que tendría que entrenar con personas que no conozco en lo absoluto, y creo que se dieron cuenta de lo sociable que puedo llegar a ser. Nunca habia sido muy bueno para tener amigos, solo tenia un amigo cercano y me alegraba saber que estaría en el centro al que iría, su nombre era Syrio.

Deseaba que sus compañeros fueran parecidos a él y no tan huecos como el imbecil de Tory. No era tanto el tiempo que estaría en este nuevo centro, por lo menos hasta mi última oportunidad para presentarme de voluntario en la cosecha, después de eso ya no importaría que haga.

—Cato, ya duérmete, mañana temprano tenemos que estar en el centro, no querrás que te expulsen en tu primer día! —grito mi padre, y tenía razón, estaba tan abrumado por mi "hermoso día" que apenas mi cabeza toco la almohada entré en un profundo sueño.

————————————————————————
Diossss, primer capítulo, de verdad espero que la historia reciba apoyo.
Muy pronto capítulo 2!!

-sia

★ the star-crossed lovers of district two ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora