-Capitulo 17: Nunca me iré

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CLOVE:

Clove, Clo, —me sorprendió la manera en la que poco a poco todo el mundo empezaba a llamarme Clovie, o directamente cualquier nombre que no fuera Clove, en caso de Felicia Clo, lo que a mi parecer sonaba horrible— Querida, date prisa te estamos esperando para comer! —dijo la aguda y chillona voz de Felicia desde el otro lado de la puerta

—Un segundo..—dije— Estoy terminando de vestirme! —falso, aún no había elegido que ponerme.

Finalmente opté por un vestido azul medianoche o eso decía en la etiqueta de este.
Me llegaba un poco más arriba de la rodilla y los hombros eran descubiertos, decidí combinarlo con uno de los múltiples accesorios que habían en los cajones, a cada tributo además de proporcionarle una habitación, baño con agua caliente y muchísima comida, nos daban un vestidor lleno de ropa, accesorios y zapatos. Elegí un collar de perlas, zapatos bajos y solté mi cabello, el vestido me daba una apariencia fresca y juvenil al no ser muy formal.

Salí de mi habitación y recorrí el pasillo hasta llegar al vagón del comedor, sentados en la mesa se encontraban Cato, Brutus, Enobaria y Felicia la cual me miraba sonriendo

—Que guapa Clove, lastima que no te veras así durante todos los juegos. —no sabía si tomarlo como un cumplido o una ofensa.

—¿Gracias?

Tome asiento en la única silla vacía que quedaba, al costado de Cato, el no se molestaba en disimular, me miraba de reojo y las múltiples veces que lo descubrí no se molestó en desviar su mirada. Pensé mucho en sus palabras pero no quería creerlas, temía llegar a la arena y no ser capaz de dejarlo ir.

La mesa estaba llena de comida, una tabla de quesos, pan, guiso de pollo, ensalada verde y de postre frutas junto a una tarta de manzana. Cato y yo contábamos con los modales suficientes para no disgustar a nuestros mentores pero bueno, cómo quieren que me resista a esa mesa, comimos con la mayor educación posible hasta casi reventar.

Un par de sirvientes aparecen a retirar los platos ya vacíos y no logro frenar las palabras;

—Son avox, no? —le pregunto curiosa a quien será mi mentora, Enobaria

—Si, Clove, aquellos mismos.

Nunca había visto uno pero si había escuchado acerca de ellos, los avox son personas a las cuales se les corta la lengua como castigo por haber cometido un delito o algo que pueda afectar al capitolio o a Panem directamente.

Una vez que terminamos de comer pasamos todos a sentarnos en los sillones para ver la recopilación de las cosechas anteriores y tener una idea de a qué nos enfrentaremos.

—Presten atención a la cosecha del distrito uno, serán vuestros aliados. —dice Brutus

Del distrito uno como tributo femenina fue elegida una chica rubia, de hermosas facciones, alta y delgada, era guapísima, por lo que escuche se llama Glammer, Glummer, Glimmer, no tengo idea pero el rostro de Cato cambio al verla y bueno, no lo culpo, ella era hermosa. El tributo masculino fue voluntario, un chico alto su color de pelo era bastante parecido al de su compañera, tenía una mirada desafiante, no escuché bien su nombre pero estaba claro que ambos eran profesionales y estaba bastante conforme con nuestros aliados.

Acto seguido vimos nuestra cosecha, donde Cato y yo nos ofrecíamos de voluntarios, nada sorprendente o eso creía yo.

—Tienen suerte de que la cámara agarró su buen ángulo, no se ven nada mal, podrían estar mejor pero de eso ya se encargarán sus estilistas cuando lleguemos. —agregó Felicia.

Nada interesante en el distrito 3, serían fáciles de matar, en el 4 tampoco, la chica me sorprendió un poco, podríamos considerar ofrecerle una alianza pero su tributo masculino no era la gran cosa, era prácticamente un niño.

★ the star-crossed lovers of district two ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora