Capítulo 5.

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Me desperté sin que Nico o Caro me despierten, por lo que me fui a duchar, mientras pensaba en Gavi.

¿Por qué me había escrito?

Narra Gavi.

Me desperté en casa de mi amigo Pedri o bueno, de mi mejor amigo Pedri.

Bajé para desayunar y ahí estaba el canario, desayunando.

—Hola, pequeñín.

Bufé por su mote y me senté a su lado.

—Hola, míster plátanos.

—Oye —dijo quejándose.

Me reí y me miró fijamente.

—¿Qué?

—¿Qué tal con Martina?

—¿Martina? —asintió y yo bufé —. No me cae —mentí.

—¿Seguro?

—Que si, pepi.

—¿A qué no puedes enamorarla?

—¿Qué no?

—Que no puedes.

—Verás como puedo, ¿Qué me darás a cambio?

—Mhm...—Dijo pensativo —. Te pago los chupitos de una discoteca por dos meses.

—Va, trato hecho —dije.

—Va.

Ambos terminamos de desayunar y yo fui a mi casa, tenia entreno y luego iríamos a casa de Ferran.

Llegué y estaba papá en el sofa viendo la TV, mamá en la cocina y supongo que Aurora en su habitación.

Subí a mi habitación y prepare mis cosas para el entreno.

Seis horas después me encontraba en las gradas con Sira, Mikky, Carolina, Martina, Ferran, Frenkie, Nico y Pedri.

—Vamos para casa —dijo Ferran.

Todos asentimos.

—Nico, ¿Me dejas llevar a Martina? —pregunté pasando mi brazo por sus hombros.

Martina me miró confusa y yo solo sonreí, tenía que ganar la apuesta de Pedri.

—Sí, sí, claro —dijo el hermano de Martina.

—¿Vamos? —pregunté.

—Sí —dijo algo tímida.

Llegamos a mi coche.

—Toma, pon música —dije tendiendole mi móvil.

—Bueno.

Comenzó a reproducirse Piel de Cordero, Quevedo.

"No sé como empezó la noche, pero sé que terminaste tú en mi casa mojada

Me decías que siguiera dándote aunque tú te sintieras cansada

Lo peor de toda esta historia es que no le dijiste que no a nada

Pensando que me echaría para atrás como si esa mierda me importara

Desde que ya no estas ya no siento nada

Las noches, cuando son sin ti, son más frías que el propio hielo

No puedo evitar en pensar en cuando te jalaba del pelo

Intento olvidarte, pero es que no puedo ni tampoco quiero

Comiéndote con piel de lobo

Y tú con tu piel de cordero"

Ambos susurrabamos la canción, yo con una mano en el volante y otra en el muslo de Martina.

—¿Quién es Julián? —pregunté.

—¿Por qué?

—No respondas con otra pregunta —dije serio.

—Es un amigo.

—¿Solo eso?

—¿Te importa?

—Martina, no respondas con otra pregunta.

—¿Por qué te interesa tanto?

—Curiosidad, respondé.

—Solo un amigo.

Asentí y apreté mi mandíbula.

—Hemos llegado —dije aparcando.

Martina bajó del coche y fue a tocar la puerta.

Nos abrió Sira con una sonrisa.

—Holaa —dijo ella.

—Hola —dijimos Martina y yo al unísono.

Pasamos y fuimos al sofa con todos los demás, Martina se sentó a mi lado.

Creo que no va a ser muy difícil enamorarla.

Narra Martina

Me parecía muy rara la actitud de Gavi, cuando ni siquiera podía verme.

Estábamos en la cocina, Sira, Caro, Mikky y yo, hasta que entró Gavi.

Que pesado.

—Martu.

—¿Qué, Gavi?

—¿Puedes venir?

—¿A dónde?

—Ven.

Yo asentí y fui con él.

Llegamos al jardin, donde solo estábamos nosotros.

—¿Qué pasó?

—Nada, solo quería verte.

—¿Para qué? Tuviste cambios en tus actitudes hacia mi.

—Ya, me arrepiento de comportarme así contigo —dijo cogiendo mi cintura.

Me pegó a él y pasó un mechón de mi pelo detrás de mí oreja.

—Tienes un pelo muy lindo.

—Gracias —dije.

Nos miramos fijamente, mientras Gavi ponía su mano en mi mandíbula y me acercaba a hacia él.

No me dio tiempo a procesar que sus labios ya estaban sobre los míos, yo con mis manos en su cintura y él con las suyas en mi mandíbula y en mi pelo.

Nos separamos por falta de aire y nos miramos.

Gavi dejó un pico en mis labios y sonrió, para luego irse con los demás.

Yo me quede en el jardín, pensando en todo lo que paso, me encantaría tener algo con Gavi, pero joder, él es muy mujeriego.

Volví a entrar con todos y me senté al lado de Nico y Ferran.

—Nico, ¿Me prestas el auto?

—¿Para qué?

—Para ir a casa, me siento mal.

—Em... Perdón que me meta, pero, Martu, te llevo, yo tengo que irme ya.

—Eso, anda con Gavi.

—Bueno.

Salíamos por la puerta cuando escuchamos.

—¡Con protección! —de Frenkie.

—¡Sí! —gritó gavi.

Lo miré con cara de matarlo, porque, ¿cómo va a decir eso?

































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Estaré un poco inactiva, estoy de viaje!

Our Secret ~ Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora