Our Secret ~ Pablo Gavi

Capítulo 45.

—Pero yo no quiero ir a Francia, Nico —dije ya cansada.

—Pero no te podes quedar sola acá, Martina.

—Pero están Frenkie, Pedri , Ferran, Mikky, Bau y Pablo, si necesito algo los voy a llamar.

—Vos sos mi responsabilidad, no la de ellos.

—Puedo vivir sola, gano mi plata y se cuidarme.

—¿Y si te pasa algo?

—Están los chicos.

—No sé, quiero hablarlo con Caro también, que le parece a ella —dijo.

—Hoy voy a casa de Gavi —dije subiendo las escaleras.

Pab 🤍

—Amor, ¿necesitas que pasé por ti?

No, Pabli, voy en mi auto.

—Vale, te espero.

Nos vemos, amor.

Solamente íbamos a estar en su casa, asique me puse unos shorts de jean, una remera de Pablo y su buzo.

Agarre las llaves de mi auto y me despedí de Caro, que estaba en el living.

—Nos vemos, Caro, voy de Pablo.

—Bueno, mi amor, me avisas cualquier cosa.

Asentí y me fui a casa de mi novio.

Antes de ir, pasé a comprar unas Franuis, para Pablo y para mi.

Llegue a su casa y toqué el timbre.

Al poco tiempo, me abrió.

—Hola, mi amor —dijo abrazándome.

—Hola, precioso, traje Franuis —dije feliz.

El sonrió y me besó.

Después de poner las franuis en el congelador, fuimos al sofa.

—Amor —dijo.

—¿Mhm?

—¿Sabes qué vas a hacer?

—¿Con lo de Francia?

Asintió.

—Hablamos un poco, le dije que podía arreglarmela sola y que no lo necesitaba, pero me dijo que si me pasaba algo y yo le dije que los podía llamar a ustedes.

—Claro, si te pasa algo estoy yo o los chicos.

—Me dijo que yo no era su responsabilidad.

—Ayudarte no es ser nuestra responsabilidad.

Asentí y me acurruqué en su pecho.

—Amor, vamos a hacer todo lo posible para que te quedes, y te quedaras.

Estábamos acostados en el sofa, viendo una película, mientras él veía la película yo besaba su cuello y Pablo dejaba caricias en mi culo y cintura, ya que yo estaba sobre él.

Su mano en mi cintura hizo que me levanté de encima suyo y el también se levantó.

—¿Quieres comer algo? —preguntó abrazándome.

—¿Franuis? —pregunté mirándolo.

—¿Con masajes?

—SIIII —dije saltando hacia él.

—Vamos arriba, tu comes Franuis y yo te hago masajes —dijo susurrando en mi oido.

Sonreí y lo abracé.