Our Secret ~ Pablo Gavi

Capítulo 49.

Pregnant
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Eso decía cuando di vuelta el test de embarazo que había comprado ayer, que también le había dicho a Pablo que eran pastillas.

Me apoyé en el váter con mis ojos cristalizados.

No puedo ser mamá con solo dieciocho años.

No estoy preparada y yo quiero que mis hijos tengan lo mejor.

No se cuidar de mi misma y estoy embarazada.

Por no hablar de Pablo, juntos no hacemos ni medio.

Guarde el test en la caja y a la caja la guarde en mi despacho.

Me acosté en mi cama a llorar, lloraba, lloraba y lloraba.

Quería ser mamá joven, pero no con solo dieciocho años, no lo sé, veintiuno, o que se yo, pero no a los dieciocho.

Escuché como la puerta de abajo se cerró, por lo que fui volando a lavarme la cara.

Me lave la cara y volví a acostarme.

—Hola, mi amor —dijo Pablo tirándose a la cama.

—Hola, amor.

Deje un beso en la mejilla de Pablo y lo miré.

—Emm...Tenemos...Que...Emm...Tenemos que hablar —dije mirándolo.

—Sí me vas a dejar no voy a escucharte.

—No te voy a dejar, no se si vos me vas a dejar.

—¿Qué? ¿Me engañaste?

—Pablo, no, déjame hablar.

—Dime.

—En un minuto estoy acá —me levanté y fui a buscar el test.

Agarre la caja y fui a mi habitación con Pablo.

—¿Me puedes decir que pasa? Me muero de intriga.

—Escucha, primero, no te enojes.

—Pero dime.

—Toma —le di el test, la caja me la deje yo, para tirarla.

—¿Todavía se puede tener covid? ¿Tenemos que estar aislados?

—Pablo, ¿es en serio?

—¿Qué? Dime si tienes covid.

—Pablo, estoy embarazada.

—¿Qué? —dijo abriendo los ojos.

—Estoy embarazada.

—¿En serio? —dijo sonriendo.

—Sí...

—¡NO ME LO PUEDO CREER!—dijo levantándose de la cama sin poder creerlo.

Me sorprendí por su reacción.

—¿Te pone feliz? —pregunté.

—Claro, mi amor, es lo mejor que nos puede estar pasando.

—Pablo...Somos unos críos.

—¿Qué quieres decir?

—Que...No se si estoy lista para ser mamá, Pablo, tengo toda una vida por delante.

—¿Y quieres abortar?

Me callé.

Estaba segura que si, pero la desilusión de sus ojos.

—¿Es eso? —preguntó acomodándose en la cama.

—Pablo, no sé.

—Es tu cuerpo, lo que sientas que es lo mejor y como tu te conoces, creo que sabes que es mejor, pero sabes que yo te voy a apoyar siempre.