Odio el olor a hospital.Si bien la clínica donde me encuentro es una de las más prestigiosas de todo Santiago y cuenta con las comodidades de un hotel. Sigue siendo un hospital y yo sigo siendo una paciente.
Mi recuperación ha sido lenta y no es por falta de cooperación de mi parte. Recibir un disparo no es cosa de niños. La bala atravesó desde mi costilla y salió a solo centímetros de uno de mis riñones. No perforó ningun órgano vital pero si hizo el suficiente daño como para tenerme aquí dos semanas y un poco más, sin contar el tiempo que estuve inconciente.
Nunca había tenido tanto tiempo para hacer absolutamente nada y realmente eso no ayuda a mi naturaleza ansiosa que grita a cada momento por salir de aquí lo antes posible.
Lo único que si ha apaciguado mi corazón claustrofobico es que todo el equipo de Flores ha venido a visitarme al menos una vez, desde que desperté. Y cada uno ha tenido el detalle de traer ramos de flores para adornar el lugar. No sé si me guste demasiado el olor, pero nunca creí que ver a todo el mundo me hiciera sentir tan apreciada, incluso Camille estuvo aquí.
Todos han demostrado que no importa el poco tiempo que hayamos compartido, he significado algo y eso lo demuestran con su preocupación, una que ha hecho decir en más de una ocasión a André que si no tuviera que trabajar lo tendría ni aquí hospedado las veinticuatro horas del día para poder cuidarme personalmente.
No pongo en duda nada de eso ya que todos los días desde que desperté ha estado al pendiente de mi. Siempre llega después del trabajo y eso es dentro de poco, antes de mi última comida, la cual no duda en juzgar y menospreciar. Según él deberían despedir al equipo de cocina de la clínica antes de que maten un paciente por no respetar el punto de cocción de los vegetales.
Benjamin ha vuelto a Viña del mar desde hace ya una semana, no ha evitado mis llamadas. La primera fue cuando al revisar mis ramos de flores junto a mi madre encontré la nota que me decía que me extrañaría y que si yo lo hacía no dudará en comunicarme con él. Y eso fue lo que hice. Y lo que hemos estado haciendo a diario. Es reconfortante saber que a pesar de todo no me ha apartado por completo de su vida.
La doctora que lleva mi caso y de quién no recuerdo su apellido me descubre enviando un último mensaje al teléfono de mi madre, quien al ser dada de alta no ha vuelto a su casa. En cambio ahora se ha mudado a mi departamento, según ella no es algo definitivo y no es que me moleste que lo haya hecho, solo estoy preocupada que todo esto se deba a qué ella sospeche algo sobre su real estado de salud. Cristian ha estado en todo momento con ella y se les ve muy cómodos juntos, no he preguntado que es lo que piensa mi padrastro sobre esto. Pero realmente no me importa. Solo quiero ver a mi madre feliz y con Cristian lo es.
Este último como ya mencioné siempre llega con mi madre a visitarme, aunque no creo que siempre haya sido así. Recuerdo haberlo visto llorar dentro de mi somnolencia e incluso creo canto para mí en más de una ocasión junto a mi cama. Él ha tenido la misma preocupación que tuvo con mi mamá al estar hospitalizada, solo que ahora debe turnarse con un André bastante intransigente para estar conmigo aquí.
Aún no entiendo cómo no me di cuenta que sus ojos son iguales a los míos.
— ¿Cómo te sientes Soledad? — la doctora me pregunta sin detenerse en mi, está muy ocupada revisado mi expediente medico, se tarda unos segundo ahí, hasta que me busca con la mirada, me la sostiene lo suficiente como para hacer que me sienta incomoda. Ella debe leer a las personas, por qué esboza una tenue sonrisa invitandome a hablar.
— Mucho mejor Doctora.
La profesional asiente aún con la sonrisa en los labios, pero poco ha poco se va desvaneciendo hasta que vuelve a leer el conjunto de documentos donde se encuentran todos mis analisis y exámenes.
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Casi Te Olvido
RomanceDicen que el tiempo lo cura todo. Pero ¿Cuánto tiempo tarda en sanar un corazón roto? Han pasado tres años desde la última vez que se vieron y para Soledad ese tiempo no ha significado nada realmente. Su corazón sigue igual de herido que la última...