Siempre he sido una persona que funciona bien con pocas horas de sueño, pero desde que volví a Santiago no he logrado dormir bien ni una sola noche.
Me siento cansada.
La visita de mi madre y los encuentros con André me dejaron lo suficientemente alterada como para que el sueño se volviera algo muy esquivo.
Y para mi pésima suerte, debo llegar en media hora al restorán. No hay tiempo de complicarme con mi atuendo. Un vestido negro entallado y mis tacones favoritos son suficiente.
Sopeso las opciones mientras me maquillo rápidamente, Flores esta demasiado cerca para tomar un taxi, pero demasiado lejos para ir a pie.
¡Quiero gritar!
Decido llevar los tacones en la mano el mayor tiempo posible.
—Llegaremos tarde. Ven, te ayudo.
Su voz suavemente ronca me espabila cuando tan solo tengo medio cuerpo en el pasillo. En un sencillo movimiento me arrebata mi bolso y yo termino de cerrar la puerta del departamento.
—¿Qué hacías aquí afuera?
—Merodeando ¿Qué más voy a estar haciendo? — me mira sin una pizca de humor, y yo le sostengo la mirada hasta que las comisuras de un lado de su boca sube hasta mostrarme una sonrisa encantadora.
» Llevo un rato esperando. —su hermosa piel caramelo toma un leve rosado antes de continuar —. Para irme contigo«
Lo miro con los ojos demasiado abiertos, hasta que el corta el contacto visual y camina con mi bolso a cuestas hasta marcar el botón del ascensor.
Tengo un pequeño flash Back donde André se quejaba de tener que llevar mi bolso. Alegaba que yo debía comprar una mochila, así no le daría vergüenza llevarlo cada vez que se lo pidiera.
Al parecer ya ha superado eso.
—¿Por qué me miras así? — me pregunta.
Dejo de mirarlo de inmediato y siento el color subir a mi rostro.
—Eres un acosador — digo lo primero que se me viene a la mente y continuo caminando sin mirarlo.
—A ti te gustaba.
—Ya quisieras.
Un sonrisa se me escapa sin querer.
— Sabes que sí quiero.
Yo me quedo sin palabras con eso último y permito que mis pensamientos viajen a la noche anterior. El calor me sube desde el pecho hasta apoderarse de mi rostro. Ya no hay forma digna de disimular mi sonrojo.
Ayer tampoco pude alejarlo de mis pensamientos y más cuando en la madrugada al querer distraerme un poco, su solicitud de amistad aun esperaba en mi teléfono.
Así que decidí revisar sus redes sociales.
Luego de varios años trabajando como diseñadora web, aprendí que las redes sociales son una herramienta muy útil de espionaje.
Descubrí rápidamente que no ha subido muchas cosas en un largo tiempo y para mi es evidente que ha borrado años completos de la fas de la tierra.
El año en el que nos conocimos fue el último año donde reveló algo de su vida personal. Luego de eso hay muchos videos donde muestra su destreza con el cuchillo o preparando platillos como todo un profesional.
Me atreví a abrir uno que tiene por título mi plato favorito, rabioles al pesto.
Su voz al comenzar el video me erizo por completo los vellos de mis brazos y como la cobarde que soy. No he podido verlo. En mi defensa la cámara apuntaba directamente a sus ojos y yo aún no puedo con tanto.
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Casi Te Olvido
RomanceDicen que el tiempo lo cura todo. Pero ¿Cuánto tiempo tarda en sanar un corazón roto? Han pasado tres años desde la última vez que se vieron y para Soledad ese tiempo no ha significado nada realmente. Su corazón sigue igual de herido que la última...