Capitulo 16
Las calles de esta zona de la ciudad siguen siendo deprimentes. Nunca lo note mientras viviamos aqui. Pero ahora que ya he conocido mucho mas del el mundo, no me gustaria volver a vivir en este lugar.
Llegamos a lo que alguna vez fue mi segunda casa, no se ve en mal estado. Pero si los años han dejado su marca. Sobre todo en la pintura roida y la reja que le falta una buena cuadratura.
— ¿Esta segura que es la dirección correcta? — el chofer me pregunta por tercera vez desde que me subi.
— Sí. Aquí es — le respondo sin mirarlo, tengo miedo de pedirle que me saque de aqui de inmediato.
El chasquido que hacen mis tacones sobre el asfalto me despiertan del trance. Yo decidi hacer esto. Nadie me lo ha pedido.
— Sí usted quiere puedo esperarla. O le dejo mi numero y vendre por usted. Me sentiré culpable si llego a saber que le paso algo después que la deje aquí.
El chofer del taxi es un hombre corpulento, asumo debe ser padre de familia. Si no no me explico su preocupación. Ya le he pagado lo que decía el taximetro, pero aún sigue aquí.
— No creo que tarde demasiado, sería muy amable de su parte espérarme.
— Aquí estaré entonces.
La casa no tiene timbre asi que grito un par de veces para hacerme escuchar. Hace tanto que no andaba por un lugar asi. Que si no sale alguien pronto. Me ire.
Una mujer que reconosco de inmediato abre la puerta, la señora Carmen debe tener unos cincuenta y tantos. Es tan bella como su hija.
— ¿Se encontrará María?
— ¿Quien la busca? — sus ojos azules ahora estan bordeados de arrugas. Ella nunca fue una mujer sofisticada como mi madre. Pero su apariencia descuidada me hace ver que su vida no ha cambiado demasiado desde que la conoci.
— Soledad.
Ella repasa mi nombre un par de veces hasta que parece recordarme.
— Claro. Ya le digo que venga. Espera un momento — Vuelve a cerrar la puerta.
En el vecindario se ve bastante movimiento para ser las siete de la tarde. Sigue sin gustarme este lugar.
Aunque para mi no todos son malos recuerdos. Siempre veníamos aqui despues de clases. Nuestra escuela quedaba a medio camino de la casa de ambas. Yo no siempee vivi en la enorme casa que tiene ahora mi madre.
— ¿Que haces aquí? — su voz llega primero que su imagen, realmente creí que vería a la chica de las redes sociales. No esta que tengo en frente.
Se sigue viendo igual, mantiene el cabello largo como el mio. Pero su rostro ha cambiado. Hay algo que falta.
— Tu sabes a que vine.
— Te tardaste.
— Lo sé. ¿Puedo pasar?
Ella se acerca a mi, es más alta que yo. Pero de contextura similar. Lleva una camiseta sin bracier. Otra diferencia entre nosotras, ella siempre tuvo con que llenarlos. Yo en cambio tenia que ingeniarmelas para mo parecee un chico.
Abre la puerta de la reja y me deja pasar. Mis tacones suenan muy fuerte o son mis sentidos los que se han agudizado.
— Estaremos en el patio. No quiero que mi madre escuche. ¿Esta bien?
— Por mi no hay problema.
La sigo por el costado de la casa hasta el patio trasero. Hay un monton de cosas apiladas sin ningun orden, me concentro por no pisar nada que me haga caer. Los tacones no son el mejor calzado para este terreno.
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Casi Te Olvido
RomanceDicen que el tiempo lo cura todo. Pero ¿Cuánto tiempo tarda en sanar un corazón roto? Han pasado tres años desde la última vez que se vieron y para Soledad ese tiempo no ha significado nada realmente. Su corazón sigue igual de herido que la última...