40. Un texto.

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4 de enero

El asesino siempre regresa a la escena del crimen.

Ya no hay cavidad para la sorpresa, pero aun así la tuve. Mis ojos curiosos leyeron las líneas, saboreando el amargo de tus disculpas y rozando las cenizas que desprendían lo que una vez había sido tu recuerdo. Mis dedos, manchados con la oscuridad de aquel breve instante que me atreví a llamar amor, no sintieron nada. No añoraron tu piel ni tu calor; se sintieron ausentes. Tu fantasma, al fin, había dejado de perturbarme el día entero.

Escarbas en las cenizas con la esperanza de que ardan de nuevo. Aprendiste, a la mala, que lo que se quiere, si no se cuida, se pierde luego. No intentes redimirte con disculpas, ellas no arreglarán lo que rompió tu ego. Pasa página y piérdete lejos, porque ese amor que te tuve no se repetirá de nuevo.

Llamo egoísmo a todo lo que te representa. Eres oscuridad, no guardas piedad y parece que careces de arrepentimientos. Dos opciones: o realmente eres una criatura sin corazón, o un idiota que no se detiene a pensar en lo perjudicial de sus decisiones hasta que estas desencadenan dolor y un vacío sin relleno.

¿Idiota? ¿Pensabas que estaría para siempre?

Heartbreaks and mistakes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora