11.Etapas de vacío.-

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Nunca fui poeta, pero por ti solía escribir páginas completas. Ahora, mis frases no producen nada en mí, solo queda esta libreta como registro del recuerdo de tu amor, que dejó grietas perpetuas.

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A pesar de todo.

Incluso después de lo ocurrido y el daño causado (a pesar de no haber sido intencional), mi corazón solo anhela que seas feliz. Creo que de eso se trata el amor: el hecho de esperar que el otro sea feliz, aunque tú no seas quien causa esa felicidad. Para mí, eso es amor. Amor es querer sobre el tiempo y las personas, es algo que deja huella en tu corazón para siempre. Vuelve una fracción de este para ese ser especial, aunque al inicio este había pertenecido de forma completa a dicha persona. Con el pasar de los meses, o incluso años, comprendes que aunque te acostumbres a su ausencia, una parte de él siempre vivirá en ti, y con suerte, una parte tuya vivirá en la de él.

Con el tiempo, invocas menos memorias. Dejas de esperar ese mensaje, dejas de revisar tu teléfono cada vez que suena, con la esperanza de que una de las notificaciones diga su nombre... Comienzas olvidando su voz. El recuerdo de esto se te escurre entre los dedos, y al final del día, por más que lo intentes, tu cerebro no encuentra evidencia de la dulzura de su voz. Es como si se perdiera entre el mar de pensamientos que habitan en tu cabeza, simplemente se evapora... Después de su voz, viene la peor parte: su toque, las memorias que crearon juntos, su sonrisa. Cada etapa de olvido tiene un tiempo diferente y una sensación de vacío más profunda.

La velocidad del tiempo.

Veo las horas convertirse en días con una rapidez vertiginosa. No hay una pronta solución para la sensación de vacío que me consume cuando la crueldad de mi mente acecha y desbloquea tus recuerdos. No hay otra alternativa más que observar el día volverse noche, mientras intento enfocar mi mente en todo menos en el pasado. Por las noches, cuando busco descanso en la suavidad de mi almohada, atormentas la paz de mi mente entrando a mis sueños, dejando esa sensación de vacío incluso en mis más felices delirios. La esperanza de ver tu mensaje al despertar se ve arruinada por la realidad, donde la única seguridad que tengo es que aún guardo la suficiente fuerza para no buscarte. Me cuestiono a mí misma si es prudente aguardar por ti, y ante esa divagación, me pierdo en la indecisión.

Grietas.

Todos los corazones esconden grietas en su interior. Cada fisura se encuentra en una condición diferente: algunas heridas ya cicatrizadas, pero en ciertos momentos arden como si estuvieran en carne viva; otras realmente nunca cerraron, y las últimas lo hicieron, pero dejaron secuelas. Si nos centramos en las que nunca cerraron, podemos darnos cuenta de que esto se debe al hecho de que simplemente se ignoraron y se cubrieron con un muro de un material indefinido, que queremos creer que es de concreto, para que nada ingrese a las aberturas y estas vuelvan a sangrar.

Corazón desolado.

Los días se convierten en noches, y las noches en días. La vida avanza, y yo sigo con ella, pero manteniendo tu recuerdo grabado en mi corazón y en constante reproducción en mi cerebro. Sonrío por las noches, cuando antes de dormir miro tus últimos mensajes, que me recuerdan que, pese a tu ausencia, siempre estás presente en mi día a día. Espero por ti, no porque sea una obligación, sino por la ilusión persistente de querer verte volver. Porque solo tú has sabido convertir un corazón desolado y sin dueño, totalmente tuyo.

¿Qué estás dispuesto a hacer por amor?

Una pregunta bastante directa, miles de posibles respuestas. ¿Qué estás dispuesto a perder? Cuando hablamos del amor, parece que se pierden más cosas de las que se ganan: pierdes tu fe, tu estabilidad emocional, y sometes tu corazón a un dolor irreparable. Cada vez que te miro, creo comprender que todo lo dado fue por un buen motivo. Sin embargo, cuando te alejas, las dudas aparecen. ¿Serás capaz de amarme como yo a ti? ¿Estás dispuesto a dar todo de ti? Porque sabes muy bien que conmigo no recibirás migajas, y también entiendes que no espero menos de ti.

Te otorgo lo más valioso que tengo: mi corazón. Ese órgano latente, lleno de cicatrices, pero dispuesto a amar, porque sabe que ese amor irá dirigido a ti. ¿Qué harás con él? Es tu última oportunidad, no habrá más.

"Fijarse en alguien más"

Si tú fueras yo, por unas horas, te darías cuenta del peso de tus palabras. Sentirías en carne propia cada una de las consecuencias de tus acciones y los efectos que estas causaron en el fondo de mi alma. Sellarías tus labios para no volver a pronunciar esas palabras tan cobardes que una vez dijiste. Te darías cuenta de cada grieta que estas han causado en mi corazón al escucharlas.

Tú, al fin, comprenderías que no debería seguir pidiendo algo que realmente no anhelas, porque te percatarías de que mi olvido no sería intermitente; que, si realmente me lo propongo, será de forma permanente. No vuelvas a creer que lo mejor es que me fije en alguien más, aun cuando sabes que dejamos varias cuentas pendientes. Ojalá fuera cierto que tuviera la potestad de mirar otros ojos y no recordar la claridad de los tuyos, la fuerza para besar otros labios y no imaginarme aquella curva en la que perdí la cordura, junto con la capacidad de estar en otros brazos sin añorar el calor de aquellos que me pertenecen, los cuales me rodearon y me hicieron sentir en casa millones de veces. Si tuviera esa suerte, hace mucho hubiera conseguido borrar las huellas que dejaste marcadas en ese órgano latente en mi pecho, donde cada latido acelerado susurra tu nombre en una dedicatoria silenciosa.

Solo te pido que, si realmente me amas, no me dejes ir.

Heartbreaks and mistakes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora