20. The woman who looks like a fairy.—Las cosas aquí son sencillas—. Declaró Twinkie, observándolo de reojo. —Aléjate de él, y también de él. Son del mismo equipo, así que si tienes problemas con uno, los vas a tener con ambos—. Le advirtió, señalando a D. K., quien disfrutaba la compañía de varias chicas a sus lados y luego a Morimoto, que se besaba bastante apasionado con una mujer de cabello oscuro. —Él es agradable, solo no lo hagas enojar y todo estará bien—. Se refirió a Han, que comía mientras Hannah le contaba algo con bastante euforia, riendo y moviendo sus manos mientras el muchacho sonreía casi inconscientemente, prestándole atención completamente.
—¿Qué hay de ella? No creí que este fuese su ambiente—. Le preguntó Sean a su amigo, que formó una mueca con los labios.
—Sí, bueno... si fuera tú, no la observaría por más de dos segundos seguidos—. Comentó, chasqueando la lengua.
—¿Qué podría hacerme? Esa chica luce como un hada—. Casi se burló él, causando que él de tez oscura negara.
—No es ella de quien debes preocuparte, es él, idiota—. Le dijo con obviedad, y el muchacho sonriera de lado, comprendiendo de lo que su amigo hablaba por fin.
Han tenía una de sus manos en la cintura de la muchacha rubia que llevaba una bonita falda de mezclilla tableada y corta junto a unas botas altas negras y una blusa gris que dejaba una parte de su abdomen visible, mientras que con la otra masticaba un regaliz rojo que le quitaba la ansiedad.—Fue divertido conducir el auto de Reiko—. Confesó ella, con los labios de un rosado suave pegados a su mejilla.
—¿Lo fue?—. Le preguntó él, dejando un beso corto en sus labios.
Ella asintió. —Especialmente la parte en la que Earl gritó tanto que creímos que le podría dar un infarto y tuvimos que bajarlo—. El muchacho sonrió de lado.
—Tú y Reiko son demasiado malvadas juntas—. Comentó él, pasando suavemente la mano de la cintura de la menor a su trasero, en donde apretó sin querer lastimarla.
Las mejillas de la joven se volvieron de un color rojo intenso ante el gesto, y la sonrisa del joven se ensanchó.
—Después de esto iremos a comer, tengo demasiada hambre—. Le susurró Han a Hannah, quien asintió ante sus palabras.
—¿No tienes que ir al taller o algo así?—. Él negó.
—No hace falta—. Explicó él. —Y D. K. no me arruinará esta noche—. Le dijo en el oído en voz bajita, estremeciendo a la joven.
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Hannah.| Tokio Drift.| Han Lue.
Fiksi PenggemarHannah Roux ha llegado a Japón con un solo objetivo: terminar sus estudios de Preparatoria en Tokio. Sin embargo, los tratos de su familia, la mafia japonesa entrando a su vida, su amiga, la velocidad y cierto hombre unos años mayor que ella harán q...