Los días pasaron y la relación entre Hela y Elysia se fortaleció. Aunque la paz había vuelto a sus vidas, Hela continuaba siendo la protectora de Elysia, atenta a cada detalle para asegurarse de que su amada estuviera bien.
Hela preparaba comidas especiales, sorprendía a Elysia con pequeños regalos y creaba momentos mágicos para alegrar su día. Sin embargo, en su mirada, Elysia notaba una sombra de preocupación en Hela.
Elysia: (Mirando a Hela) ¿Todo está bien?
Hela: (Asintiendo) Sí, todo está bien. Solo quiero asegurarme de que estés feliz y cómoda.
Elysia: (Sonríe) Estoy feliz, Hela. Gracias por cuidar de mí.
A pesar de las palabras reconfortantes, Hela seguía sintiendo la necesidad de proteger a Elysia de cualquier sombra del pasado que pudiera empañar su presente. Buscaba maneras de hacerla sonreír, de mantener la luz en sus ojos.
En una tarde tranquila, Hela llevó a Elysia a un lugar especial en el parque, donde había preparado un pequeño picnic. Quería que Elysia disfrutara de la serenidad y la belleza de ese momento.
Elysia: (Mirando a su alrededor) Es hermoso aquí, Hela. Gracias.
Hela: (Sonríe) Solo quiero que tengas momentos de felicidad, momentos que mereces.
Mientras compartían el picnic, Elysia notó que Hela le dedicaba miradas cariñosas y protectores gestos. Quería que Elysia sintiera que este nuevo capítulo en sus vidas estaba lleno de amor y cuidado.
Sin embargo, la sombra del pasado todavía flotaba en el corazón de Hela, recordándole la vulnerabilidad de la felicidad.
Elysia paseaba por las vidrieras, admirando los elegantes vestidos expuestos. Mientras tanto, Hela se alejó un poco, confiando en que Elysia disfrutaría de su tiempo a solas. Sin embargo, la tranquilidad se vio interrumpida cuando un hombre desconocido se acercó a Elysia, empezando a tocar su cabello y sus brazos.
Hombre: (Con tono inapropiado) Qué hermosa eres. Seguro que podríamos divertirnos juntos.
Elysia: (Incómoda) Por favor, detente. No te conozco y no estoy interesada.
El hombre ignoró su rechazo y continuó avanzando. Elysia, evitando usar sus poderes, decidió empujarlo para mantener su distancia.
Elysia: (Firme) ¡Te dije que te alejaras!
El hombre, lejos de desistir, sonrió de manera perturbadora y se acercó nuevamente. La multitud observaba la situación, pero pocos se atrevían a intervenir.
Elysia, sintiéndose vulnerable, intentó mantener la compostura mientras pedía ayuda.
Elysia: (Elevando la voz) ¡Déjame, idiota!
A pesar de la postira defensiva de Elysia, el hombre persistió, la joven temiendo por su seguridad, empujó un poco más fuerte.
Hombre: (Desafiante) Ay, por favor... te aseguro que podremos divertirnos.
Elysia: (Angustiada) Te... te dije que no, váyase.
La situación se volvía más tensa, y Elysia buscaba una salida mientras la multitud observaba con cautela.
Hela, de repente, estaba de vuelta junto a Elysia, pero su expresión cambió drásticamente al verla con el hombre que la acosaba. Rápidamente se acercó, preguntando qué estaba sucediendo, y Elysia le contó la situación. En ese momento, los ojos de Hela se encendieron con furia.
Hela: ¿Qué estás haciendo? - preguntó amenazante al hombre.
El acosador no la tomó en serio, provocando la ira de Hela. En un instante, ella lo agarró de la camisa, mirándolo con intensidad y advirtiéndole sobre las consecuencias.
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Hela
Science FictionEn el vasto lienzo del cosmos, donde las estrellas titilan con la promesa de épicas travesías y los reinos divinos danzan en el borde del abismo, una sombra amenazadora emerge. Hela, la implacable diosa de la muerte, desata su furia sobre Asgard, de...