Capítulo 17

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Scarlett

El viaje se me hizo eterno.

Me fue imposible pegar ojo en todo el trayecto, a pesar de que duró un buen par de horas. Era agobiante la impaciencia que me carcomía parte por parte. Sky y Nate encontraban cosas en la que distraerse, y durmieron demasiado. Yo no podía concentrarme en nada. Hablé con Taddeo un rato por el auricular, traté de centrarme en otras actividades y no, era imposible. No podía quitarme de la cabeza el hecho de que voy a ver a Alek en poco tiempo.

Necesito verlo, saber cómo está.

Cuando el avión por fin arribó, juro que mi corazón comenzó a latir como loco. Fui la primera en bajarme de ese maldito medio de transporte, buscamos nuestras cosas y abandonamos el sitio, no sin avisarle a Taddeo la dirección del departamento donde va a quedarse mientras arreglo esto. No queda muy lejos del nuestro, y me encargué de dejarle todo pagado, de modo que pueda hacer lo que desee sin preocuparse por nada.

Nosotros marchamos al sitio que los Becker alquilaron para nosotros. Era una suite amplia, llena de lujos y comodidades que no me importaban en nada. Ni siquiera me tomé el tiempo de recorrer la estancia o detallarla. Fui directo a la mesa, saqué las indicaciones y los datos necesarios para llevar a cabo el trabajo y me dispuse a organizar bien el plan que creamos. Sky y Nate se unieron en poco tiempo.

Juntos, nos pusimos de acuerdo en el papel que jugaría cada uno en la misión. Al menos, Nate era profesional y no discutía con Sky. Bueno, no discutía tanto. Sabía cuando cortar la pelea. El plan que habíamos pensado era perfecto. Era trabajo en equipo si queríamos salir vivos.

El objeto que buscábamos era una especie de vasija refinada, hermosa y delicada. Poseía una forma común, pero el diseño y sus colores eran únicos, muy bien elegidos. Según lo que leímos, la creó un alfarero muy famoso hace poco más de 30 años. No obstante, lo que el cliente quería no era la vasija en sí, sino la joya que adorna en el centro. Una piedra preciosa evaluada en millones de dólares.

Una pieza única y escasa.

Cuando nos estábamos alistando para la misión, Taddeo habló por el auricular, diciendo que estaba instalado en su departamento y que se encontraba sano y salvo. Me quedé un poco más tranquila. Me cambié de ropa, repasamos el plan una vez más y salimos en dirección a la casa de valores. Decidimos llevar a cabo el trabajo en la noche, ya que es más sencillo ocultarse, la seguridad es más baja y podemos utilizar la oscuridad para nuestros retorcidos juegos.

El sitio parecía de unos dos pisos, de una pintura de tono crema, con ventanas enormes en las paredes e inmensas puertas de madera. A medida que nos acercábamos, supimos por donde ingresar. Dando un vistazo al entorno, captamos que no había nadie, de modo que proseguimos con lo nuestro.

Los tres caímos en el interior, habiendo anulado la seguridad de la zona. Nate se mantenía pendiente a eso mientras caminábamos por los oscuros pasillos. Los cuidadores rondaban cada cuanto, por lo que debemos ir en completo silencio y sin toparnos con ellos.

No fue complicado dar con la habitación donde la vasija descansa. Sky la tomó, la guardamos en una bolsa gruesa, para evitar que se rompa, y pretendíamos salir, algo que no resultó tan fácil. Lo que no sabíamos, es que la vasija estaba sobre un pedestal que posee un botón en el centro, el cual se mantenía presionado por el peso del objeto. Cuando lo levantamos, el botón dejó de ser oprimido y sonó una fuerte alarma en el lugar.

Volteamos, viendo que la puerta por donde entramos a la estancia se estaba cerrando con una cortina de metal. Intercambié una mirada con mis hermanos, corrimos y nos deslizamos por debajo, alcanzando a huir. Afuera, oímos los acelerados pasos de los guardias que corrían en esta dirección. Intentamos salir por la misma ventana por la que entramos, y nos dimos cuenta que todo el lugar fue sellado.

Asfixia [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora