Capítulo 21

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Scarlett

Me quedé sentada en la mesa alejada de la pista de baile, oyendo la música y viendo el acto de las bailarinas.

La música estaba a un nivel considerable, cientos de personas se movilizaban de aquí a allá, el ambiente se hallaba lleno de euforia y las luces de tonos oscuros ayudaban a fomentar dicho sentimiento. Me crucé de piernas y tomé la copa que había en la mesa frente a mí, dándole un sorbo.

Sky y Kyle vagaban por el sitio cada cuanto, verificando que nada raro ocurriera. Estaban alertas y a la defensiva, lo cual era perfecto. Prefiero no fiarme ni creer que los problemas no vendrán a nosotros. Por ahora, las cosas iban como lo habíamos previsto y con normalidad.

De pronto, me percato de que un hombre de traje gris y cabello rizado se acerca a la mesa, viéndome con curiosidad. Lo reconozco enseguida. De hecho, es uno de nuestros objetivos, uno de los más relevantes. Dennis Carrow, dueño de una marca de vinos y conocido socio de empresas relacionadas al tema. Genial, me queda estupendo que venga por su propia voluntad. Nos ahorra el tener que presionarlo.

Sin preguntar, se sienta en el otro extremo del sofá, sonriendo con coquetería. Es un hombre corpulento, unos pocos centímetros más alto que yo. Posee cabello castaño claro y rizado, ojos encapuchados marrones, nariz pequeña y labios muy finos. Se le marcan las líneas de expresión, sus mejillas son regordetas y hay cambios raros de tonos en su piel en la zona del cuello, como si padeciera vitíligo o una quemadura le hubiera afectado. Sé que es canadiense, que tiene 32 años, que es dueño de múltiples viñedos en Canadá, que exporta sus vinos a muchas partes del mundo y tiene... uno que otro negocio sucio. Eso último es lo que nos importa.

—¿Qué hace una dama como tú tan sola? —ruedo los ojos frente a su labia barata.

—¿Acaso no puedo disfrutar de una noche sola?—increpo, enarcando una ceja con cierta molestia.

—La pasarías mejor conmigo —me guiña un ojo y, cuando veo a alguien moviéndose detrás de él, oculto una sonrisa—. ¿Cómo te llamas, bonita?

En ese segundo, un ruso lo sujeta del cabello y le coloca una navaja en el cuello, manteniéndolo preso. El hombre ríe con cierta inquietud. Tiene miedo, aunque intente no demostrarlo.

—Hombre, pensé que ya habíamos pasado por esta fase —musita con nerviosismo, sus músculos rígidos.

—Así era, hasta que decidiste coquetearle a mi mujer —alega Aleksander, con mala cara.

—No sabía que la chica era tuya. Lo siento, hombre —trata de aligerar el ambiente con sus comentarios divertidos—. ¿Vas a dejarme libre o...?

Aleksander lo suelta, guarda la navaja en el bolsillo de su abrigo y rodea la mesa para sentarse a mi lado, colocando su brazo sobre mis hombros y pegándome a él, como si quisiera evitar que cualquiera se acercara. Dennis tragó con cierta dificultad, volvió a sonreír y noté una gota de sudor resbalando por el lateral de su rostro. Casi pude oír sus latidos aterrorizados. Casi.

El ruso bebió de su vaso con whisky y enfocó a Dennis con frialdad.

—Al menos, me ahorras el tener que buscarte —farfulla mi novio, relajándose en el sofá con seguridad—. Necesitamos... charlar unos temas contigo.

—Eh... claro, lo que quieras —su risa es tensa y falsa, algo que me provoca gracia.

Aleksander hizo una seña hacia algunos de sus hombres, generando que se acerquen y formen una barrera a nuestro alrededor. Cierran la cinta, impidiendo la entrada a la zona VIP. De ese modo, nos brindan mayor privacidad. A lo lejos, Sky y Kyle vigilan, disimulando.

Asfixia [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora